Opinión Invitada / Marchar con Medina

AutorOpinión Invitada

Miguel B. Treviño

Soy de los que creen que, en una situación como la que vivimos, no es sensato negarle el apoyo al Gobernador en su tarea de recuperar la seguridad para el Estado.

Con todo y los errores de la actual Administración, me parecen equivocados los ataques destinados a restarle fuerza al Gobierno de Rodrigo Medina. En nada ayudan golpes como el de la silla vacía orquestado por el PAN, o la descalificación personal y ofensiva de López Obrador.

Dicho esto, también creo que hay un requisito -sólo uno y muy a la mano- que condiciona el respaldo ciudadano al Gobierno del Estado: sentido de la decencia en su actuar.

No le pedimos a Medina un liderazgo avasallador, ni dar la vida por Nuevo León, ni siquiera inteligencia fuera de lo común al servicio de la expulsión de los criminales de nuestras calles. Sí tenemos derecho a exigirle a él y su equipo la rectitud más elemental en su decir y en su actuar.

Por 36 horas, los dos jóvenes muertos frente al Tecnológico de Monterrey fueron tomados por sicarios y no hay todavía autoridad local que reconozca y explique el "error". Un Gobierno que con estos antecedentes convoca a una marcha "ciudadana" por la seguridad está gravemente ofuscado.

¿Y qué es eso de gobernar con decencia?

Para poner un ejemplo cercano, es algo parecido a lo que hizo el Rector del Sistema Tec de Monterrey. El error de Rafael Rangel Sostmann y su equipo fue muy grave al negar inicialmente la muerte de estudiantes en la balacera de hace 10 días. Pero en correspondencia con la falla, la seriedad del reconocimiento: "Cuando se equivoca alguien en la institución que dirijo el que responde hacia afuera soy yo", fue lo que dijo el Rector, palabras más, palabras menos.

"¿Está decepcionado del Gobierno por haberle dado información equivocada?", le preguntaron. Y respondió: "Me siento decepcionado de mí mismo" por creerles y no corroborar la información. ¿Cuesta tanto reconocer un error?

Ante un Gobierno que no habla (parece que no creen en la comunicación, sólo en la publicidad) trato de imaginarme alguna lógica que sustente su actuación. Probablemente desde una posición que pretende ser realista se justifican de la siguiente manera: viviendo la Ciudad entre las balas, asesinatos en la vía pública y bloqueos, ¿sirve de algo aclarar el engaño en torno a la identidad de dos muchachos? ¿No será esto una distracción? O todavía más crudo: ¿nos ocuparnos de los muertos o de la seguridad de...

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