Olga Pellicer/ Incertidumbres y temores después de la diplomacia

AutorOlga Pellicer

Las Naciones Unidas atraviesan uno de los momentos más difíciles de los que se tiene memoria desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Lo que ocurre actualmente en el Consejo de Seguridad son intentos desesperados por lograr la aprobación de un proyecto de resolución que tres de los miembros permanentes (China, Francia y Rusia) han anunciado que tienen la intención de vetar.

La única esperanza de llegar a un acuerdo sería un texto de conciliación que provenga del grupo de miembros no permanentes del Consejo, entre ellos México, quienes reiteradamente se han pronunciado por la necesidad de preservar la unidad al interior de ese órgano. Pero el tono de los discursos de Francia y Rusia por un lado, Gran Bretaña y Estados Unidos por el otro, así como las aseveraciones del jefe de inspectores, Hans Blix, en el sentido que las inspecciones para el desarme de Iraq necesitan no sólo semanas sino meses para cumplir su cometido, dejan pocas posibilidades a ese acuerdo.

Por lo demás, el Presidente Bush ya hizo muy clara su posición al declarar que seguirá adelante con sus propósitos, con o sin el aval de las Naciones Unidas. A menos que se den cambios inesperados de última hora, parece que nos encontramos, como amenazó el mandatario estadounidense, en "la última fase de la diplomacia".

Al acercarse el fin de las negociaciones, surgen diversas inquietudes sobre las grandes tendencias que dominarán las relaciones internacionales durante la etapa que le sigue. Preocupan, en particular, tres características de la estrategia internacional de la administración Bush, para quien la guerra en Iraq es sólo el comienzo.

La primera, de la que mucho se ha hablado, es la reformulación de las normas establecidas por el derecho internacional para permitir el uso de la fuerza, con objeto de abrir paso al concepto, a todas luces ilegal, de guerra preventiva.

Poco importa que no haya sido posible confirmar los lazos existentes entre el régimen iraquí y los grupos de Al-Qaeda; poco importa que sea difícil sostener que el régimen iraquí, por condenable que sea, constituya en estos momentos una amenaza a la paz y la seguridad internacionales.

Amparándose en los temores que provocaron en la sociedad estadounidense los atentados terroristas del 11 de septiembre, se ha decidido presentar esta guerra como un acto preventivo, justificable porque forma parte de la lucha antiterrorista que protege la seguridad nacional de los Estados Unidos.

La segunda es su convicción de que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR