'A mi no me quedó el saco'

AutorClaudia Salazar y Claudia Guerrero

MÉXICO.- Apenas y se movieron diputados y senadores de todos los partidos cuando les restregaron en sus caras, una andanada de reclamos por las omisiones e ineficiencias, la indiferencia y el alejamiento de la ciudadanía, y hasta la corrupción y los excesos que imperan en el Poder Legislativo.

El diálogo entre el Congreso y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad inició con un ríspido discurso de Javier Sicilia, que en tono pausado enumeró todo aquello que la ciudadanía ve en sus legisladores.

Casi sin moverse, serios, estaban ahí los diputados y los senadores, coordinadores parlamentarios y presidentes de las dos Cámaras, aquellos que integran las "burbujas" y que toman las decisiones, los responsables directos, nadie más, de que avancen o no los acuerdos en el Poder Legislativo.

Mientras Sicilia recriminó que los legisladores que cobran inmensos salarios con los impuestos de los mexicanos han olvidado sus compromisos con la Nación, los legisladores gesticulaban y trataban de mantener la mirada al frente.

A los legisladores no les hizo mella que los llamaran mezquinos, contratistas, manipuladores, traidores y corresponsables de la muerte de miles en el país.

"No se dijo nada que no fuera cierto", soltó el presidente del Senado, Manlio Fabio Beltrones.

Durante seis horas nadie replicó ni desmintió los adjetivos de Javier Sicilia, en los que incluso acusó a los diputados y senadores de cultivar la enseñanza delincuencial del viejo régimen.

"Ahora sí, que cada quien se ponga el saco cuando le queda. A lo mejor ellos tienen razón cuando se fijan en algunos. Yo francamente, no me siento aludido, cumplo con mi deber, cumplo con mi trabajo, trabajo muchas horas", dijo indiferente el coordinador Francisco Rojas al final del diálogo de seis horas con el Movimiento.

El Diputado de Convergencia, Alejandro Gertz Manero, no desmintió a Sicilia, sólo pidió no generalizar con los calificativos.

"No los descalifiquemos a todos, no es justo", pidió.

Conforme avanzaba el discurso de 40 minutos de Sicilia, con reclamos y también con propuestas, los congresistas movían las manos, las llevaban al rostro y por momentos se reacomodaban en sus asientos.

El priista Sebastián Lerdo de Tejada, cerca de Sicilia, colocó su mano en la barbilla, atento al...

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