Música divina y en la vía del dolor

AutorJaime Hinojosa Vega

INTROITO

El introito de la misa es el fragmento de un salmo con su antífona que se canta mientras el celebrante y los ministros se acercan al altar.

Existe uno atribuido a San Ambrosio, que está contenido en el Antifonario de San Gregorio Magno, llamado "Circumdederunt me gemitus mortis" (Los dolores de la muerte me rodean).

Su texto es extracto del Salmo 18, 5-6: "La muerte me asechaba, los torrentes de Belial me aterraban, los lazos del abismo me rodeaban, delante de mí habían preparado trampas mortales".

La obra nos introduce a la atmósfera propia de la Pasión de Cristo, con la pureza y la sencillez del canto gregoriano.

STABAT MATER

Este género forma una de las cinco secuencias litúrgicas sobre un himno y describe los siete dolores de la Virgen María al pie de la cruz.

Su nombre lo toma del primer verso de la primera estrofa: "Estaba la madre dolorosa junto a la cruz llorosa en que pendía su hijo. Su alma gimiente, contrita y doliente, atravesó la espada".

De las más de 200 musicalizaciones que se han escrito del poema, podemos citar los Stabat Mater de Giovanni Battista Pergolesi (1710-1736) y del compositor Gioachino Rossini (1792-1868).

En Pergolesi, el Stabat Mater comienza con una introducción orquestal angustiada y melancólica hecha por el órgano y las cuerdas que nos ubica inmediatamente en el lugar donde la Virgen sufría al ver el cuerpo de su hijo crucificado.

PANGE LINGUA

El Pange Lingua es un himno eucarístico, también llamado Tantum Ergo, atribuida al teólogo Santo Tomás de Aquino (1225-1274), y es usado para la fiesta de Corpus Christi.

Este himno también se entona el Jueves Santo, durante la procesión desde el sagrario al monumento donde queda custodiado el Sacramento hasta el Viernes Santo.

Merece atención la obra del maestro Joan Cavanilles (1644-1712) del Tiento Pange Lingua.

RESPONSORIOS DE TINIEBLAS

Conocidos como "Officium Hebdomadae Sanctae", son considerados las obras musicales emblemáticas de la Semana Mayor.

Los Responsorios se realizan durante el Jueves, Viernes y Sábado Santos, formando así el Triduum Sacrum. Se cantaban en la hora litúrgica de los maitines antes de despuntar el alba, cuando aún la oscuridad dominaba en los recintos de oración.

Los textos son sacados del Libro de las Lamentaciones de Jeremías y los responsorios "responden" a dichas lecturas. Cada día se comenzaba con el canto de un motete y cerraba el tercer día con un himno.

Durante los oficios se prendía un candelabro (tenebrae) con 15 velas...

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