MIRADOR

AutorArmando Fuentes Aguirre

En el Potrero se cuenta una leyenda.

Había en el rancho un hombre privado de razón. Vivía de la caridad de la gente. Su locura era muy extraña: consistía en decir una y otra vez una sola palabra: María.

"María", recitaba siempre.

Los niños se reían de él, y hacían burlón eco a su palabra. El pobre orate ni siquiera se daba cuenta de eso. Arrobado, seguía repitiendo por donde iba: "María, María"...

Cuando murió -narran en las cocinas las mujeres- de su boca salieron cinco flores, una por cada letra del nombre que decía.

El amor de aquel...

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