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Mexico Channel / Arte grabado en piedra

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Vincent
AutorHarry Möller

Es asunto lento, difícil y enojoso ponerse a hacer inscripciones en una piedra, sobre todo si no se dispone de martillo, cincel o alguna herramienta de acero, y resulta difícil explicar que haya habido tanta gente dedicada a hacer grabados sobre las rocas, gente de la antigüedad, gente prehistórica, de por sí muy ocupada en defenderse de las fieras, cazar la que se dejara o recolectar el alimento del día.

Entonces, si no era cosa de pasatiempo, debe haber sido obligación religiosa o por lo menos mística, dedicar semanas, meses y, tal vez, años a la tarea de golpear una piedra contra otra hasta formar la figura ideada, pues eso son los petroglifos o grabados en roca, una de las más primitivas expresiones humanas de inteligencia y deseo de trascender.

Nuevo León es posiblemente el estado que posee el mayor número de petroglifos en México, con alto valor como pictogramas con intrigantes diseños y es, hasta donde sabemos, el único que cuenta con una especie de rústico museo dedicado al tema.

Esa colección de piedras con petroglifos se halla en el poblado de Villaseca, que aún no aparece en los mapas, pero es una prolongación de la ciudad de Linares, y fue iniciada por el historiador y poeta neoleonés Pablo Salce Arredondo hacia 1950.

Treinta años más tarde ya sumaban 70 las piezas conteniendo cada una muy diversos signos esculpidos o rayados.

Para el observador no enterado, las figuras e ideogramas contenidos aquí pueden resultar no sólo desconcertantes, sino que, inducen a suspicacia.

Sin embargo, cuando se han conocido in situ otros petroglifos de Nuevo León en desolados lugares y difíciles regiones, uno acepta la autenticidad de los petroglifos de Villaseca, y los toma como apasionantes documentos en páginas de piedra.

Uno de tales lugares se encuentra en las inmediaciones de la presa de La Mula, un ejido en la frontera con Tamaulipas.

En un promontorio peñascoso, no lejos de una granja avícola, hay grandes piedras que exhiben figuras de complicado diseño. Una de éstas contiene lo que podría ser "la cuenta aritmética más antigua de Norteamérica", a decir del antropólogo William Breen Murray, como lo diera a conocer Ana Luisa Anza en el periódico EL NORTE en 1979.

En la piedra se ven seis líneas horizontales cruzadas por tres perpendiculares, y en...

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