De México, con amor: un auténtico plato de guacamole

AutorJoel Millman

Redactor de The Wall Street Journal

MORELIA, México - Muchos de los televisores, blue jeans y automóviles que los estadounidenses consumen actualmente se ensamblan en otros países. Y ahora, por lo visto, hasta la comida que se llevan a la boca podría elaborarse en cocinas situadas más allá de las fronteras de Estados Unidos.

Aquí, en el estado de Michoacán, en el corazón de lo que se conoce como "el cinturón del aguacate" (o de la palta), cientos de mujeres vestidas con batas blancas laboran para convertir la verde pulpa en un aperitivo nocturno. Comienzan por retirar el pedúnculo seco de la parte superior de la fruta, después la pasan por un baño de agua fría, y la colocan en una minisierra que la corta por la mitad. Las mujeres procesan unos 80.000 aguacates por hora, convirtiéndolos en pasta suave y picante.

Tanto en un restaurante como en un supermercado, o en un Taco Bell de EE.UU., lo más probable es que el guacamole que se sirva haya sido confeccionado por estas mujeres.

"Establecimientos como Steak & Ale, Bennigan's, Taco Cabana, Taco Bell... Cada cliente quiere algo distinto", afirma Jorge Vega, gerente general de la planta perteneciente a J. R. Simplot Co., procesadora gigante de alimentos con sede en Idaho. "Preparamos 60 fórmulas distintas, y seguimos aumentando la capacidad", agrega.

Los factores económicos del guacamole, cuyas ventas en EE.UU. superaron el año pasado los US$100 millones, son características del comercio contemporáneo entre EE.UU. y México. La caída de las barreras comerciales y el mejoramiento de los vínculos de transporte hacen posible la exportación de incluso los alimentos más perecederos. Con sueldos que comienzan en unos US$48 por semana, los dueños de restaurantes prefieren pagar a un mexicano para que saque la semilla, quite la pulpa y maje los aguacates en su país que pagarle a un empleado en un restaurante de EE.UU. US$6 por hora por realizar el mismo trabajo.

El resultado es que Morelia se ha convertido en una cocina de ultramar cuyos platos son consumidos por casi un millón de estadounidenses cada semana.

Los estadounidenses también comen en abundancia otros alimentos elaborados en México, como los chiles rellenos que Sigma Alimentos S. A., de Monterrey, produce para empresas de EE.UU. como Sysco Corp. y Alliant Food Service, que abastecen de alimentos a escuelas, hospitales y hoteles.

"Si se hace a mano, no se puede hacer más barato que en México", dice Patricio Canales...

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