Lucrecia Santibáñez/ Sexo seguro, ¿es peligroso?

AutorLucrecia Santibáñez

Me impresiona ver que en pleno año 2000 todavía se escuchen proclamaciones como que "el sexo seguro es gravemente peligroso", frase de la autoría del mismísimo Cardenal Norberto Rivera.

No asistí al Congreso Internacional de la Familia, evento en el que se proclamaron semejantes barbaridades, por lo que tengo que reconocer que sólo leí la nota acerca del mismo en este periódico. Por tanto, concedo que mis interpretaciones y reacciones están basadas en la ya de por sí muchas veces editada impresión que plasman en su nota los reporteros. Dicho esto, manifiesto una vez más mi asombro.

Decir que el sexo seguro es "radicalmente no seguro" y "gravemente peligroso" es, a mi juicio, perder por completo la perspectiva. El uso de preservativos en un país en el que la edad promedio del primer encuentro sexual son los 15 años, resulta no sólo recomendable sino sumamente necesario. ¿En qué tipo de evidencia o razonamiento se basa el Cardenal para decir que el sexo seguro es "radicalmente no seguro"? En términos estrictamente técnicos, el preservativo evita el embarazo o el sida en por lo menos un 90% de los casos. Incluso bajo términos de inferencia estadística, este nivel de confiabilidad es muy alto.

En términos sociales o ideológicos, el sexo seguro resulta no seguro y peligroso porque "en un comportamiento sexual de este estilo la persona se encuentra en peligro y a la vez está en peligro la familia", dijo el Cardenal.

Un comportamiento sexual de este estilo. ¿A qué estilo se refiere? ¿Al estilo responsable y educado de llevar a cabo el acto sexual? ¿En peligro exactamente de qué se encuentra la persona que práctica el sexo seguro? Creo yo que el único peligro real es el de contraer alguna enfermedad o el de tener un embarazo no deseado gracias al sexo no seguro.

Resulta claro el punto de partida de don Noberto: el sexo seguro hace más "atractivo", por así decirlo, los prospectos de una vida sexual activa fuera del matrimonio. Al reducir el riesgo físico al mínimo, las parejas pueden "dejarse llevar por sus placeres" y tener una vida sexual sin un compromiso matrimonial.

Todo esto evidentemente es condenado por la Iglesia Católica, por lo que se refieren a él como un comportamiento peligroso. Y aunque no comparto su postura, entiendo que dentro de este marco ideológico se defienda la institución matrimonio y se ataque al sexo fuera de tal. El sexo fuera del matrimonio sería peligroso si atacara la supervivencia misma de esta institución, es decir...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR