Lucrecia Lozano/ Recuento de Las Américas

AutorLucrecia Lozano

Ahora que recién acaba de concluir en Quebec, Canadá, la tercera Cumbre de Las Américas, cuyo propósito central fue continuar impulsando la creación de una zona hemisférica de libre comercio para el año 2005, tal y como se acordara en la Cumbre efectuada en Miami en 1994, vale la pena recordar que la idea de establecer una alianza de cooperación entre los países del Continente Americano no es algo nuevo.

Los orígenes de esta visión de una América unida en torno a ideales e intereses comunes se remontan al ya lejano Siglo 19. Su promotor original fue el gobierno de los Estados Unidos, y desde entonces esta nación ha sido la que con mayor vehemencia ha impulsado tal idea, esforzándose por convencer a las repúblicas latinoamericanas de las bondades de una alianza continental de naturaleza diversa: política, económica, comercial o de seguridad.

Detrás de la idea de la alianza americana subyace otra concepción cien por ciento estadounidense: la de Hemisferio Occidental, así con mayúsculas, que en su espíritu original en ese mismo siglo postulaba la idea de que los países americanos conformaban un hemisferio aparte y diferenciado del viejo continente.

Europa y sus potencias imperiales representaban el pasado, regido por el despotismo y la monarquía. El continente americano y sus recién independizadas repúblicas, desde Estados Unidos en el norte, hasta Argentina en el sur austral, representaban naciones nuevas, organizadas -al menos formalmente en lo que respecta a los países latinoamericanos- con base en los principios de la democracia, la igualdad y la libertad.

La idea de hemisferio respondió, así, al propósito estadounidense de advertir a las potencias europeas que debían renunciar al afán de emprender cualquier nueva aventura colonizadora en el continente o de entrometerse en los asuntos americanos.

De esta concepción a la doctrina Monroe, "América para los americanos", sólo hubo un paso. En 1823 el Presidente James Monroe formuló su famoso discurso, el cual habría de dar cauce a la ambición de expansión continental de ese país.

Así las cosas, la idea de Hemisferio Occidental se convirtió en la matriz de la contradictoria relación de Estados Unidos con las naciones hispanoamericanas. Fue como una moneda con dos caras. Por un lado, la doctrina Monroe sirvió de plataforma para que los Estados Unidos desplegaran y justificaran su política unilateral e intervencionista sobre las repúblicas del sur, particularmente aquellas localizadas en la...

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