Lucrecia Lozano / México en tiempos de deuda

AutorLucrecia Lozano

Hace unos días, el gobierno de México cubrió el pago anticipado de bonos Brady de la deuda pública externa. La operación de amortización adelantada sumó mil 284 millones de dólares. Originalmente, esos títulos vencían en diciembre de 2019.

Los bonos Brady formaron parte de la renegociación de la deuda externa que llevó a cabo el gobierno mexicano a finales de los años 80. Dicho proceso culminó en marzo de 1990, durante la administración de Carlos Salinas de Gortari, con la firma de un acuerdo de reestructuración por casi 35 mil millones de dólares.

Según palabras del Secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, la liquidación anticipada de los bonos Brady constituye la culminación de una larga etapa que inició en 1982, cuando se precipitó la crisis de la deuda externa en nuestro país, y se prolongó hasta 1990, momento en el que se logró la reestructuración de la misma. Optimista, el Presidente Vicente Fox señaló al respecto que con ese paso México demostraba que era una nación responsable y digna de crédito, añadiendo que la medida generaría mayor confianza entre los inversionistas locales y extranjeros.

En la década de los 80, la deuda se convirtió en el problema más severo y crítico de la agenda gubernamental. Nunca antes en su historia moderna México había vivido una situación de endeudamiento tan elevado y acelerado como el que tuvo lugar durante los sexenios de Luis Echeverría Alvarez y José López Portillo. La estrategia de financiar el desarrollo mediante el endeudamiento externo se convirtió, a la larga, en una trampa mortal que hipotecaría el futuro inmediato de la nación.

En 1970, la deuda externa sumaba 8 mil 600 millones de dólares, cifra manejable para una economía de las dimensiones de la mexicana en aquel tiempo. En 1980, sin embargo, este monto había aumentado a 49 mil millones y en 1985, tres años después de la precipitación de la "crisis de la deuda", ya totalizaba los 96 mil 600 millones de dólares.

El modelo económico imperante desde los años 40, el cual había descansado en el crecimiento hacia adentro impulsado por la sustitución de las importaciones y el proteccionismo estatal, se agotó en los años 70. Los recursos que se necesitaban para seguir financiando el crecimiento económico y atender las necesidades de una población que aumentaba de tamaño no era posible conseguirlos internamente. Para ello hubiera sido necesaria una reforma fiscal que resultaba antipopular, además de que exigía visión y voluntad política.

Fue...

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