Lucrecia Santibáñez/ El caso Peñoles

AutorLucrecia Santibáñez

Mientras leía ayer en las noticias que Bush y Chirac y (hasta) Fox se debaten el futuro de miles de personas en Iraq, una nota pequeña en la edición de El Norte por internet captó mi atención. Según la nota, decenas de madres de familia en Torreón protestaron ante las autoridades que sus hijos no habían recibido la atención médica que requieren a raíz de la contaminación de plomo en la ciudad. A pesar de que la protesta me pareció estar motivada principalmente por fines políticos, esto no quita la gravedad del asunto.

En este caso, el "enemigo" no es un lunático con bombas, ni un cowboy delirante, ni un terrorista operando desde una cueva que nadie ha localizado. El enemigo está dentro de nuestras propias fronteras, tiene nombre y dirección y, desde hace más de 40 años, con absoluta carta blanca, ha envenenado gradualmente a la población de toda una ciudad.

Mi interacción más directa con Peñoles es bastante superficial y data de hace ya muchos años. Básicamente se reduce a correr en la pista del Tecnológico de la Laguna, a escasos 50 ó 100 metros de las instalaciones de Peñoles y a sentir, a escasos 10 ó 15 minutos de empezar a correr, una irritación en la garganta que, con frecuencia, se hacía cada vez más severa hasta el punto de volverse insoportable.

Desde los 60 se habían documentado casos de arsenicismo agudo en la comarca lagunera atribuidos a Peñoles. Más recientemente, en 1999 y en el 2001, estudios de la Universidad de Dartmouth y del CDC en Atlanta encontraron que los niveles de plomo y arsénico en Torreón son superiores a los que establece la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos. Reportaron también que el indicador más relevante de la presencia de niveles subnormales de plomo en la sangre era la proximidad de residencia a la planta de Peñoles.

Además notificaron que el cadmio está presente en Torreón con los niveles más elevados jamás reportados por la literatura científica. Según el estudio de la CDC, el cadmio "no es un elemento químico requerido por el cuerpo humano, y causa graves problemas de salud, aún en mínimas proporciones, como son: osteoporosis, enfisema pulmonar, cáncer de próstata, hipertensión... y retraso en la habilidad verbal de los niños".

El plomo también es sumamente tóxico y afecta los sistemas endocrinológicos, cardiovascular y respiratorios, entre otros. En un artículo en La Jornada, el activista y científico Francisco Valdés Perezgasga, alguien que ha estado muy involucrado en el caso de...

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