Lorenzo Meyer/ Problema mayúsculo

AutorLorenzo Meyer

La "no intervención" quedó atrás, pero el sustituto es peor.

En la marcha que tuvo lugar el pasado día 15 en San Francisco, California, organizada por quienes se oponían a resolver el conflicto de EU con el régimen de Iraq por la vía de la guerra -un esfuerzo finalmente inútil-, un grupo de jóvenes mexicanos mezcló sin mayor problema símbolos que generalmente no van juntos: un estandarte de la Virgen de Guadalupe y un cartel con el apotegma de Benito Juárez: "el respeto al derecho ajeno es la paz". La Virgen y la frase juarista iban envueltos en una atmósfera festiva de vivas a Zapata o al "pueblo unido". El conjunto no estaba mal como símbolo, pero no hay duda que la simplicidad de la propuesta encierra más de un problema.

En principio, el respeto al derecho ajeno pareciera seguir siendo un buen cimiento para la paz interna e internacional. Sin embargo, ¿en qué consiste realmente ese respeto a los derechos ajenos? Hasta hace poco, y en relación al sistema internacional, la interpretación oficial mexicana era clara: los derechos del otro se respetan en la medida en que ningún país intervenga en asuntos internos de otro. Sin embargo, a estas alturas, esa posición ya no es satisfactoria.

En la práctica y en repetidas ocasiones, el "no intervenir" ha significado cerrar los ojos a injusticias institucionalizadas y ha terminado en un "dejar hacer y dejar pasar" de dictaduras y violaciones sistemáticas de los derechos humanos.

En más de un sentido, el principio de respetar la soberanía nacional y no pronunciarse en contra de la ruptura interna de la legalidad para no ser acusado de intervenir en asuntos internos de algún país, ha terminado por ser una complicidad de la comunidad internacional con regímenes brutales, que eran la negación de los valores propios de la convivencia civilizada.

Ahora bien, la solución a los problemas de "la no intervención" no puede ser su sustitución por un derecho a la intervención como es el que ahora esgrime el gobierno de EU en el caso de Iraq. Encontrar un justo medio entre los extremos es el desafío al que se enfrenta el sistema internacional, ahora que el Presidente Bush ha decidido seguir adelante con su objetivo de invadir Iraq sin tener el respaldo de las Naciones Unidas.

El Washington republicano, el de la derecha religiosa y los valores texanos, busca en la ocupación de Iraq imponer al resto del mundo el principio de la "sí intervención" a través de la doctrina del derecho al ataque preventivo y del cambio de régimen en aquel país, donde EU considera que está teniendo lugar un...

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