Lorenzo Meyer / Poco representativa

AutorLorenzo Meyer
  1. "Solamente en dos países de América Latina se puede considerar que no hay auténtica competencia en la televisión. Uno de ellos es Cuba. El otro es el nuestro" (Raúl Trejo Delarbre, Nexos, marzo 2006). 2. Entre nosotros, ha quedado demostrado que la elaboración de la ley resulta un asunto demasiado importante como para dejarlo en manos de los legisladores. Pese a las diferencias de régimen político entre Cuba y México, pero gracias a la desafortunada acción de diputados y senadores en torno a las reformas de las leyes federales de telecomunicaciones y de radio y televisión, la afirmación de Trejo Delarbre se confirma y reafirma.

Malos tiempos para una democracia joven

El título de esta columna se refiere, obviamente, a las características de nuestra joven democracia, cuyos problemas parecieran ser tan grandes como sus logros. Y es que en este poco afortunado final del principio de la democracia formal mexicana -el cierre del sexenio de Vicente Fox- es evidente que el sistema tiene problemas serios de representatividad, corrupción, de dinamismo económico, ineficacia administrativa, penuria fiscal y carencia de un proyecto real de nación, entre otros.

Parafraseando a Neruda, hoy se podrían escribir las líneas más tristes sobre la sustancia de nuestro sistema político. Y este ánimo sombrío nace de la reflexión en torno a las implicaciones, las razones y las formas en que se llevó al cabo el proceso de elaboración y aprobación en el Congreso de la llamada Ley Televisa. Ese proceso iniciado hace cuatro años, y encaminado a modificar el viejo marco jurídico que regula unas de las actividades que más han marcado el carácter de nuestra sociedad al final del siglo pasado e inicio del actual -la comunicación instantánea y la difusión masiva de la información-, revela, como pocas veces, la esencia de la actual estructura política mexicana. Esencia que finalmente resulta muy similar a la del antiguo régimen: francamente plutocrática, contraria al interés mayoritario y que refuerza una desigualdad social tan profunda como centenaria.

Un caso de estudio que aspira a 'clásico'

Hace casi medio siglo, Harold Lasswell definió la sustancia de la política como ese proceso en virtud del cual se determina en una sociedad "quién se queda con qué, cuándo y cómo" ("Politics: Who Gets What, When, How". Nueva York: Meridian, 1958). Generalmente, la naturaleza de tal proceso es nebulosa, contradictoria y producto de una cadena causal no fácil de recrear. Sin...

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