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Del Libro Malva / Historia de Navidad

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Vincent
AutorOlga Aguirre

Para Daniela, Miguel y Andrés

Les contaré la historia de esa noche, pequeños, pero sólo ahora, como una tras otra las leyendas han surgido, sólo ahora comienza.

En aquel universo de cosas extraordinarias y maravillosas creadas por la mano sabia del buen Dios: los océanos, las constelaciones, los planetas, la flora, la fauna, las criaturas humanas, no era completa la felicidad. Una estrella, la más pequeña de todas, lloraba tristemente en un rincón apartado del firmamento.

Hasta el buen Dios llegó el rumor de que la estrellita estaba triste.

¿Cómo puede una estrella tan hermosa sentirse así?,se preguntaba el buen Dios. La mandó llamar y la interrogó con ternura porque era pequeña, pero con firmeza porque no toleraba caprichos.

- ¿Qué es lo que te tiene tan triste, pequeña? Si continúas llorando te opacarás y no podrás emitir tu hermosa luz cuando seas mayor. Vamos, cuéntame.

La estrellita se secó las lágrimas, contuvo la respiración para detener el hipo que la sacudía y cuando se hubo tranquilizado, habló. El Padre no la apresuraba, pues es sabido que El nunca tiene prisa.

- Padre, dijo la estrellita con una voz que parecía prestada, a todos los astros celestiales les has asignado una tarea en la empresa tan importante que vas a dirigir. Todos: el Sol, la Luna, las constelaciones, los meteoros, tienen un papel importante, en algún momento y sitio de los acontecimientos que van a ocurrir a partir de esta noche. Pero te has olvidado de mí.

Y diciendo esto, golpeaba con uno de sus picos el suelo esponjoso del cielo, impaciente y molesta.

El buen Dios no daba crédito a tanto atrevimiento. No salía de su asombro al ver cómo la estrellita se le enfrentaba valerosamente. No sabía si sonreír o enfadarse.

- ¿Por qué no puedes confiar en mí?, le interrogaba la estrella pequeñita. Yo confío en ti, Padre, en tu sabiduría, en tu buena voluntad. Confío en tu amor. Encomiéndame una...

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