Kofi A. Annan/ Una decisión trascendental

AutorKofi A. Annan

La Carta de las Naciones Unidas es categórica. "A fin de asegurar una acción rápida y eficaz por parte de las Naciones Unidas," la Carta confiere al Consejo de Seguridad "la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales".

Esa responsabilidad nunca quizás haya representado una carga más pesada para los miembros del Consejo que esta semana. Dentro de uno o dos días estarán frente a una opción trascendental.

El contexto en que se tomará esa decisión es una cuestión cuya importancia de ninguna manera se limita al Iraq; se trata de la amenaza que representan para toda la humanidad las armas de destrucción en masa. Toda la comunidad internacional tiene que actuar en forma unida para limitar la proliferación de esas armas terribles, dondequiera que tenga lugar.

El aspecto inmediato y más urgente de esa tarea es asegurar que el Iraq no disponga más de esas armas. ¿Por qué? Porque Iraq las ha usado realmente en el pasado y porque en dos oportunidades, bajo la conducción de sus dirigentes actuales, cometió actos de agresión contra sus vecinos, contra Irán en 1980 y contra Kuwait en 1990.

Ese es el motivo por el cual el Consejo de Seguridad está decidido a privar al Iraq de esas armas y ha aprobado sucesivas resoluciones desde 1991 en que se exige el desarme del Iraq.

En todo el mundo, todos quieren que esta crisis se resuelva por medios pacíficos. Hay alarma por los grandes sufrimientos que siempre causa la guerra, sea larga o corta. Y hay ansiedad por las consecuencias a más largo plazo que puede tener esta guerra en particular.

Hay temor de que sea causa de inestabilidad regional y de crisis económicas y de que, como tan a menudo sucede con la guerra, tenga consecuencias no deseadas que engendren peligros nuevos. ¿Será motivo de que la lucha contra el terrorismo o la búsqueda de la paz entre israelíes y palestinos resulten más difíciles? ¿Sembrará divisiones profundas entre las naciones y los pueblos que practican religiones diferentes? ¿Pondrá en peligro las posibilidades de trabajar en forma conjunta para resolver otros problemas comunes en el futuro? Estas son cuestiones muy serias y las respuestas deben considerarse con detenimiento.

Algunas veces puede ser necesario emplear la fuerza para hacer frente a las amenazas a la paz, y la Carta prevé esa posibilidad. Pero la guerra siempre debe ser el último recurso. Se debe usar únicamente cuando se han intentado todas las otras alternativas razonables y, en el caso...

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