Javier Livas / Virus anticiudadano

AutorJavier Livas

Un ciudadano mexicano libre, seguro de sí mismo, optimista y consciente de sus derechos, debe ser la piedra angular sobre la cual tiene que estar construido el gran edificio llamado México.

Si en vez de seguridad y confianza, el ciudadano tiene miedo, vive amenazado o explotado, y se siente rebajado y ninguneado, será imposible pedirle que dé su ciento por ciento a favor del País.

Este ciudadano a medias será una carga antes que un apoyo; será un lastre social antes que una bendición comunitaria y un estorbo sumado a muchos otros estorbos que ya existen.

Estoy describiendo a dos personas que son físicamente iguales, pero que funcionan con signos opuestos: por un lado, el ciudadano completo, íntegro, libre y responsable es un círculo virtuoso que tiene un gran potencial de propagación y difusión.

Por el otro, en el lado negativo tenemos al semiciudadano, inseguro, explotable, ninguneado. Es un círculo vicioso andante, una especie de muerto en vida cuyo mal humor se extiende rápidamente contaminando a otros que se convierten en lo mismo: un asco ciudadano.

Por eso no se entiende que el ciudadano íntegro, libre y completo sea atacado por la legislación electoral para convertirlo en un ciudadano a medias. ¿Acaso es difícil darse cuenta que al volverlo inseguro lo hace también dependiente de los favores de terceros, ya sea del sindicato, de los patrones sin conciencia, o inclusive, en el peor de los casos, de la delincuencia organizada?

Este ciudadano a medias produce la derrota del sistema democrático, es materia propicia para la compra de votos y el acarreo y de allí hay una línea muy tenue hacia la tolerancia de la corrupción, seguida por indiferencia para quienes colaboran con los delincuentes.

Este ciudadano rebajado y degradado es la gran debilidad que tiene México frente a otros países. Por ello, un primer paso para restaurar la República está en reintegrar al ciudadano mexicano los derechos políticos que tenía en la Constitución de 1917. Estoy hablando del derecho a votar y ser votado, sin condiciones, sin limitaciones, sin subterfugios, excusas o pretextos.

Hay que reconocer que en esta materia estamos peor que hace 40 años. La prohibición de las candidaturas ciudadanas es la principal fuente de propagación del virus de la impotencia ciudadana. Es el virus que propaga la negatividad de nuestras instituciones, que desparrama el pesimismo de ser mexicano, que disemina la semilla de la desconfianza entre mexicanos, que abona al abuso del...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR