Irma Martínez / ¡Éste es México!

AutorIrma Martínez

¿De qué sirve la pregunta inteligente que formula el reportero cuando los funcionarios se perciben intocables y tajantemente responden que no acceden a que se les haga pregunta alguna?

¿Cuándo entenderán los gobernantes que ellos sólo están para administrar los bienes, pero no son los dueños de México?

La actitud de algunos gobernantes ante la prensa es incluso desafiante. A veces hacen como que la Virgen les habla, recurriendo simplemente al silencio, y esperan a que llegue otra noticia fuerte que distraiga la atención de los ciudadanos.

La polémica que ha generado la licitación de las luminarias en San Nicolás, aunada a la respuesta del Alcalde panista Pedro Salgado, nos ejemplifica sobremanera las dimensiones de poder y falta de ética de los funcionarios en este País.

Salgado se rehusó a dar respuestas sobre la licitación para el contrato de renovación de 32 mil luminarias. Creyó que al cancelar el acuerdo quedaba justificado el cochinero que hay detrás de estos procesos.

El contrato por 428 millones de pesos, 200 millones más caro que las otras propuestas, y con un plazo de pago de 10 años, fue otorgado de un plumazo a la empresa ganadora Tecno Bombas de México.

Sí, hasta al que sabe menos le salta la pregunta: ¿qué similitud hay entre bombas y luminarias?

Un contrato se estructura pensando en precio, calidad y seriedad de la empresa. ¿Dónde está el dictamen de las empresas que concursaron?

¿Cómo pasaron por alto que la papelería oficial donde se suscribe tal empresa portaba direcciones fantasmas? Ahora todos sabemos que el proveedor resultó ser un robacoches que hace cuatro años fue detenido. ¡Qué descaro!

Si EL NORTE no hubiera publicado la investigación sobre la licitación que ya corría por el drenaje, simple y llanamente no se conocería este hecho, y chirrín-chin-chin.

El Alcalde ahora pretende enterrar el caso, cesando al director de Adquisiciones, Eugenio Solís Flores, y suspendiendo temporalmente a Norma Elena Ruiz Sánchez, Secretaria de la Administración. Y a ti, Alcalde, ¿quién te juzgará?

Este caso tiene similitud con muchos otros, pero de momento viene a mi mente el robo de placas del Instituto de Control Vehicular, en el que el Gobierno del Estado enterró el delito al argumentar que las placas se habían vendido...

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