Entre la injusticia y la burocracia

AutorMaría Luisa Medellín

A la pérdida abrupta de su padre, atropellado por el conductor de un camión de carga que se dio a la fuga, Hermenegildo y Amelia Ortiz Martínez han tenido que enfrentarse, además, a la injusticia y la burocracia.

El 17 de diciembre del 2009, minutos después de las once de la mañana, Hermenegildo Ortiz Parga, de 74 años, se desplazaba en su bicicleta por la orilla de la Carretera Miguel Alemán, a la altura de la Colonia Linda Vista, cuando el chofer de un vehículo pesado le dio un cerrón a un taxi e impactó al hombre, quien perdió el equilibrio y cayó irremediablemente bajo las llantas de la unidad.

Según los reportes de los medios de comunicación, el chofer se dio a la fuga al percatarse de lo ocurrido. Sin embargo, un testigo tomó nota de las placas, lo siguió y dio aviso a la autoridad, por lo que finalmente lograron aprehenderlo en la empresa Tersa RG, su centro de trabajo.

Antonio Martínez Martínez, de 43 años, el conductor del camión de carga de tres toneladas y media, con placas 914 DMS, declaró que circulaba por el carril derecho en sentido de norte a sur sobre Miguel Alemán y que vio al ciclista sobre la banqueta, pero afirmó no saber nada más. Horas después depositó una fianza y quedó en libertad.

"No sé cómo este señor anda libre, y ahora la aseguradora de la empresa no nos quiere dar una indemnización", cuenta Hermenegildo hijo, con la mirada vidriosa y un ligero temblor en la voz.

"Dicen en la aseguradora que mi papá se cayó, que el camión no lo atropelló, pero se debieron revisar las llantas, tendrían que haber estado manchadas de sangre, o sólo que alguien las cambiara".

De 31 años, moreno, de ojos oscuros, grandes y tristes, lleva una chaqueta beige y un pantalón gris de mezclilla. A su lado, en el sofá, está sentada su hermana Amelia, quien padece esquizofrenia y es un año mayor que él.

En su modesta vivienda en la Colonia Vicente Guerrero, de Ciudad Guadalupe, Hermenegildo comparte apesadumbrado la tragedia que le arrebató la vida a su padre la mañana del 17 de diciembre, hace justamente un mes.

"Yo llegué a la casa a las seis y media de la tarde, porque andaba trabajando. Soy podador, jardinero, y ando de aquí p'allá. Entonces, una vecina que es pariente lejana vino a avisarme que en la televisión salió que a mi papá lo atropellaron y que mi hermana y un primo se habían ido al Hospital Universitario para recoger el cuerpo.

"Me puse a llorar, no sabía qué hacer. Al rato volvieron Amelia y mi primo", cuenta restregándose la...

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