El ingrediente mágico

AutorLeón Lecanda

Las familias y amigos de los seleccionados mexicanos también jugaron su Mundial.

Sin importarles desembolsar mucho dinero, trasladarse a 5 ciudades en el País o tener apenas unos minutos al día para compartir con sus hijos. Centenares de familiares dieron color al torneo y llenaron de energía a los juveniles del Tri.

Los Nicoletti, mitad argentinos y mitad mexicanos, viajaron desde Rosario para estar con Dilan, lo mismo que los Sánchez, quienes se desplazaron de Dallas para acompañar a Richard.

De Tampico y Pachuca fueron llegando los Gómez que terminaron por unirse a la moda del vendaje que popularizó Julio, el heroico autor de una chilena con la que el Tri dejó tendidos a los alemanes en la Semifinal, pese a sufrir una profusa hemorragia en la cabeza por un golpe previo con Samed Yesil.

Cómo olvidar la amabilidad que siempre mostró el señor Jorge Espericueta, padre de "Espiri", y su familia en los hoteles de concentración, lo mismo que otros regios como los Caballero o los Gracia.

El tapatío Giovani Casillas, el tamaulipeco Alfonso González y los...

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