Un hogar para Lázara

AutorAndrea Menchaca

Es sábado 15 de septiembre y Lázara Ballín Barbosa permanece de pie afuera de la Parroquia San Lucas Evangelista, buscando un lugar para vivir.

Una bolsa con unas cuantas prendas y 110 pesos son las únicas pertenencias que carga la mujer de 84 años.

La dejó ahí la joven que la había hospedado el día anterior en su casa, donde tocó pidiendo morada y donde conmovidos le ofrecieron una cama donde dormir.

"Llegué ya en la noche por no quedarme en la calle porque ahorita está peligroso", dice la anciana.

"La mamá de la muchacha me dio dinero para que pagara un sitio (de taxi) porque yo no puedo andar mucho porque estoy enferma de la presión".

Lo que no sabían es que un taxista no podía haberla llevado a ninguna parte porque Lázara no tiene a dónde ir; no tiene casa ni familiares. Nunca se casó ni tuvo hijos.

Dice que quedó huérfana hace más de 5 años y que la casa donde vivía, en la Colonia Treviño, no era de ella sino de una mujer que también falleció. Aunque está muy lúcida, no precisa el tiempo exacto que lleva sola.

El primero en verla cerca del campanario de la iglesia, ubicada en la Colonia Plutarco Elías Calles, fue un seminarista que le avisó al párroco Teodoro Colunga, quien sin dudar le ofreció ayuda.

Desde ese día, Lázara vive en la casa parroquial esperando ser aceptada en un asilo de ancianos.

II.

"¿Verdad que eres mi tía?", le dice en son de broma el Padre Teodoro a Lázara.

"Dice que es mi sobrino", comenta con una sonrisa que sobresale entre las arrugas de su rostro.

El sacerdote disfruta de la experiencia de ayudar a esta mujer que llegó a dormir en la Central de Autobuses y a pedir dinero en los cruceros para poder comer.

"Anduvo itinerante, no de vaga", bromea el sacerdote y ella lo mira divertida.

Al sacerdote le preocupa el proceso burocrático para encontrar una casa de reposo que la reciba.

"Entre que una institución le habla a la otra, se van pasando el dato, que no la bolita", aclara el presbítero.

"Dices 'ella está aquí y qué padre', pero y ¿quiénes no?, ¿qué pasa con ellos?, ¿quién se hace cargo de ellos en realidad?".

Él primero se acercó a la Casa Hogar Simón de Betania, con la hermana Ana Jaramillo, quien ayuda a enfermos terminales desprotegidos; y a la Posada del Peregrino, donde dan refugio, alimento y transporte a pacientes foráneos de escasos recursos que llegan a la Ciudad.

Pero Lázara no tiene el perfil para vivir en estos dos lugares. Entonces recurrió al DIF.

"Vino una licenciada, una trabajadora social y una...

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