Gay, aventurero... ¡Y casi un santo!
Top Magazzine / Especial
Hace mucho que Ewan McGregor no descansa.
Entre 2004 y 2007 realizó dos importantes viajes en motocicleta, documentados en los programas de televisión Long Way Round y Long Way Down. Además, participó en la obra de teatro Otelo.
"De pronto sentí que tenía que marcar de nuevo mi territorio cinematográfico, y la única manera de lograrlo era trabajando con ahínco en este rubro. Así que el año pasado filmé varias películas", comenta el actor de 38 años.
Con su ritmo de trabajo, se le encimaron las actividades, pero salió airoso de sus compromisos laborales.
"Mientras trabajaba en I Love You Phillip Morris, en Louisiana, recibí una llamada de Hilary Swank, que me invitó a trabajar en Amelia. Hilary es de mis grandes amigas; siempre había deseado colaborar con ella", recuerda.
Dado que Ewan sólo participaba en dos terceras partes de I Love You Phillip Morris (donde interpreta a un homosexual que se enamora en la cárcel del personaje de Jim Carrey), tuvo suficiente tiempo para hacer Amelia en Toronto. Esta cinta cuenta la historia de Amelia Earthart (Swank), primera mujer que piloteó un avión sobre el Océano Atlántico.
"Mi agente me preguntó: '¿Te interesa esto de verdad? Porque no tendrás un solo día libre en meses'.
"Pero como estaba lejos de mi familia, lo que menos quería era tiempo libre, por la sencilla razón de que no podría pasarlo con ellos", explica Ewan, quien viajó entre ambos sets más de seis veces.
Hacia el final del rodaje de I Love You Phillip Morris, se fue a Roma para participar en una película más: Ángeles y Demonios.
"Durante unos días estuve trabajando en tres filmaciones. Luego terminamos lo demás, y volví de lleno al set de Ángeles y Demonios. Interpreto a un sacerdote, y no será la primera vez. Ya lo había hecho en The Scarlet and the Black (1993)", recuerda.
La estrella nacida en Escocia conocía desde tiempo atrás a Ron Howard, quien lo dirigió en Ángeles y Demonios.
"Tuvimos pláticas para una cinta que finalmente no filmó: The Alamo. Y lo vi dos o tres veces en Londres, durante la filmación de El Código Da Vinci.
"Con un buen director te dan ganas de charlar en horarios extraordinarios, detrás de las cámaras. Y con Ron yo solía sentarme a charlar todo el tiempo; es una persona fascinante", indica.
Ewan no estaba familiarizado con la novela de misterio de Dan Brown que inspiró Ángeles y Demonios; la leyó después. Siente que, en buena medida, la cinta es fiel a la historia original.
"Pero nuestra...
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