FRICASÉ / Punta del iceberg

AutorEl Abogado del Pueblo

Queriendo entender lo que está pasando en relación a la racha de ejecuciones vinculadas con policías en los últimos días, le consultamos a una fuente impecable que conoce de estos asuntos que tienen que ver con el inframundo del hampa organizada.

Cada vez que un policía es atacado, mucha gente asume que los delincuentes toman revancha en consecuencia de la labor que realizan en beneficio de la sociedad.

Tristemente esto no es así; de acuerdo con nuestra fuente, muchas -no nos afirmaron que todas- de estas ejecuciones forman parte de la lucha interescuadras entre grupos delictivos.

Los eliminan, aparentemente, por estar al servicio de un grupo rival, y no por defender los intereses de la sociedad.

La variedad y cantidad de ejecuciones, incluso con mutilación barbárica de la víctima, representan un indicio de lo extensa que está la infiltración en las filas de las corporaciones locales relacionadas con el orden público en la entidad.

El Presidente Calderón lamentó en días pasados que menos del 10 por ciento de las policías municipales y estatales en el País han sido sometidas a las "pruebas de confianza".

Dada la opacidad que reina en Nuevo León, por ejemplo, las cifras que presumen las autoridades locales no concuerdan con las del Gobierno federal, y como no se dan a conocer ni se transparenta la aplicación de dichas pruebas, no hay forma de constatar que las corporaciones locales hayan sido CIEN POR CIENTO filtradas y depuradas, de tal manera que sean confiables y que tenga la comunidad una plena seguridad de que están realmente a su servicio.

En recientes ejecuciones con mutilación acontecidas en la periferia de nuestra zona conurbada, la parte responsable dejó RECADOS indicando las razones de la eliminación y quién se las atribuye.

Pero esta información es escondida por las autoridades "investigadoras" de tal manera que la comunidad no está enterada de que un buen número de agentes atacados lo han sido aparentemente no por estar al servicio del pueblo, sino por estar al servicio de una banda rival.

Esto es sumamente lamentable, deplorable y triste, y de ser cierto indicaría la corrosiva degradación que padecemos a nivel comunidad en relación con los cuerpos encargados de velar por la seguridad de los ciudadanos y de aplicar la ley.

En este sentido, surge una pregunta inevitable: ¿qué tan alto alcanza la complicidad?

¿A qué nivel llega la prestación de servicios de los malos policías a favor de la delincuencia?

¿A nivel cabo, a nivel...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR