FRICASÉ / Orden dentro, orden fuera

AutorEl Abogado del Pueblo

A la bellísima estrella internacional de cine Ana de la Reguera, el Presidente Calderón le concedió no hace mucho una entrevista "uno a uno" (¡suertudo!) que se publicó en esas revistas de glamour en las que salen los que quieren ser, pero los que son no salen.

Bueno, pues en este opus periodístico de la despampanante artista veracruzana ("Eastbound and Down", "El Traspatio", "Nacho Libre") el Presidente se cataloga a sí mismo como "de carácter fuerte".

Corriendo el riesgo de que nos juzguen ustedes, amables lectores, de escépticos crónicos, a esta afirmación presidencial responderíamos con un: ¡POS NO SE NOTA!

Observen nada más ustedes, amigos, lo sublevados que andan cuatro subalternos del Presidente a los que no acierta a meter al orden, siendo obvio que están perjudicando la efectividad de su gestión como servidores públicos AL SERVICIO DE LA NACIÓN.

Con todo respeto, ¿cómo quiere el Presidente meter orden en el País si no lo puede imponer en su GABINETE?

Una cosa es el derecho a ASPIRAR, que todos lo tenemos (por ejemplo, su servidor aspiraría a ser JORGE RAMOS... ¡ajá!), y otra muy diferente es hacer PROSELITISMO desde el puesto.

El Presidente sabe, como lo sabemos todos, que tanto Lozano, como Félix, como Lujambio y Cordero andan "en campaña" porque quieren ser candidatos a la Presidencia por el PAN.

¡Nunca habíase visto tanta vocación por perder!

Reiteremos que si eso quieren los señores, a eso tienen derecho, PERO ¡CON SUS PROPIOS RECURSOS Y EN SU PROPIO TIEMPO!

No con recursos públicos y en el tiempo que le deben al cargo, porque un servidor público de alto nivel lo es 24/7.

Lo mismo decimos de los Gobernadores alebrestados, tanto de la "Gaviota Copetona" como del "Charro" González, sólo que a ellos quien debe llamar a cuentas por andar fuera de lugar coqueteando con el siguiente cargo en lugar de desempeñar correctamente el que ocupan es el PUEBLO que los eligió, por no ser ellos SUBALTERNOS, sino titulares.

Mas los Secretarios de Trabajo, Educación, Desarrollo Social y Hacienda son EMPLEADOS del Presidente y al SERVICIO DE LA NACIÓN.

No del PAN, no de sus clubes de admiradores, sino del País, a quien le deben toda -y esto es TODA- su energía, su tiempo y el máximo del mínimo talento que tengan para resolver los problemas de las carteras a su cargo.

El Presidente, echando mano de su "carácter fuerte", debería decirles: ¿quieres ser aspirante...

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