FRICASÉ / Diálogo de sordos

AutorEl Abogado del Pueblo

Concluyeron los Diálogos por la Seguridad, convocados por el Presidente Calderón. Se dijeron muchas cosas, pero no aparenta haber ningún acuerdo ni han salido de ellos medidas puntuales, concretas.

El Presidente habló vagamente de financiar a las ONGs para que contribuyan a la seguridad nacional, pero no dijo CÓMO.

Ustedes bien saben, avispados lectores, que el diablo está en el detalle, y el cómo de los asuntos es, en todo, el quid.

Su servilleta podría decir mañana que es su intención viajar a Marte el sábado, pero a menos que les presente un plan concreto y creíble de cómo pretende lograrlo, lo dicho y la carabina de Ambrosio son intercambiables.

En algo nos recuerda este diálogo concluido ayer a aquellos MARATÓNICOS encuentros que organizaba Luis Echeverría en los que todo mundo hablaba y hablaba y hablaba por horas y horas... y él, como esfinge, pretendía escuchar; ni para ir al baño había receso.

Pero a fin de cuentas nada (bueno) sucedía.

La estrategia obvia de Echeverría era saturar con saliva los oídos de la sociedad a grado tal que ya no quisieran saber nada de los temas.

En aquella época (1970-1976, para los que no habían nacido), "los" TEMAS que agobiaban al País eran el surgimiento de un movimiento guerrillero socialista con la abierta intención de derrocar al Gobierno mexicano; desasosiego social causado por traumáticos sucesos, como los asesinatos de empresarios como don Eugenio Garza Sada, en Monterrey, y Fernando Aranguren, en Guadalajara; y la aparición por vez primera en México de la HIPERINFLACIÓN, causada en parte por el ESTATISMO que emprendió el Gobierno para acomodar en la nómina oficial a los inconformes sociales.

Por supuesto que éstos son otros tiempos y -obvia y afortunadamente- Calderón no es LEA, pero a lo que vamos es a lo siguiente: reuniones como la recién clausurada deben ser algo más que la oportunidad para un DESAHOGO colectivo.

Las organizaciones civiles deben llevar propuestas ciudadanas concretas a estas reuniones, y los gobernantes, por su parte, deben ir preparados para RESPONDER con HECHOS inmediatos a las demandas de la sociedad planteadas por sus representantes.

Para los morbosos no deja de ser deliciosa papilla que el representante de México Unido Contra la Delincuencia, Eduardo Gallo, y el Presidente Calderón se den un agarrón verbal: uno criticando y el otro defendiendo.

Pero satisfacer a los amantes de las riñas públicas no es, ni debe ser, el propósito de este tipo de congresos entre...

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