FRICASÉ / ¡Que paguen!

AutorEl Abogado del Pueblo

En números redondos, la Comisión Federal de Electricidad tiene 97 mil trabajadores y 40 mil jubilados.

Para esto, sepan ustedes amigos que, de acuerdo al contrato laboral en la CFE, se pueden jubilar sus trabajadores con el 100 por ciento de goce del sueldo (más aumentos colectivos) después de trabajar 30 años, independientemente de la edad del trabajador.

¡Ah, y además las plazas se heredan!

El resultado es que la CFE mantiene a miles de jubilados cuarentones y cincuentones -aptos totalmente para el trabajo- que ganan lo mismo que los que sí trabajan, y que además no son necesariamente los más aptos, sino a los que les tocó "por derecho" heredar la plaza.

En algunos casos, cada plaza sostiene al que la tenía y al que la recibió como herencia.

Las elevadísimas tarifas que pagamos por la luz todos los usuarios se destinan en buena parte a cubrir estos excesos, lo cual explica el PASIVO laboral impagable que arrastra esta paraestatal de poco más de medio millón de millones de pesos.

La relación de jubilados a empleados es tan agresiva que ninguna empresa lo puede soportar y si aunado a esto le agregan la corrupción e ineficiencia existente, más la impunidad de la que gozan directivos que han sido agarrados in fraganti desviando fondos públicos y que son perdonados (Néstor Moreno), se suma una cadena de ineficiencia que aplasta literalmente la productividad de la sociedad mexicana con tarifas elevadísimas y pésimo servicio, más la quiebra financiera de la prestadora del "servicio" gravitando sobre el ciudadano.

Que esto que mencionamos resulte también una de las causas principales de nuestra falta de competitividad no debe sorprender a nadie.

De nueva cuenta, la información arriba comentada que acaba de revelar el monopolio gubernamental a la BMV pone de manifiesto que la absorción del pasivo laboral de la CFE por parte del Gobierno federal -como se ha propuesto en la Cámara de Diputados- realmente no representa ninguna solución.

Son reformas cosméticas que en el fondo no cambian nada, pues no están dirigidas a las causas sino enderezadas hacia disimular los efectos.

Sea la deuda de la paraestatal o del Gobierno federal da igual: como quiera gravita sobre todos los mexicanos.

¡De una o de otra manera la paga el pueblo!

Para arreglar la insalubridad financiera de la CFE (y de Pemex) es necesario remediar los problemas que la originan.

O sea: es preciso romper los actuales contratos laborales y acabar con las prebendas desorbitadas que...

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