Frenan trastornos su aprendizaje

AutorJorge Alberto García

Padecer un trastorno del aprendizaje provoca un efecto negativo en cascada: primero perjudica el proceso de educación del niño y luego lo vulnera psicológicamente, factores que pueden ensombrecer su futuro.

La dislexia, disgrafia y discalculia y las alteraciones del habla y lenguaje impactan directamente el rendimiento escolar de los niños, afirma la psicopedagoga Priscila Medina Regalado.

"Son carencias cognoscitivas que no están necesariamente asociadas a cuestiones biológicas o neurológicas, porque el niño no tiene retraso mental o una discapacidad intelectual, al contrario, pueden mostrar un alto coeficiente intelectual", explica Medina Regalado.

Las razones del por qué se presentan dependen del contexto que rodea al niño: pueden ser dificultades familiares o sociales que afectan su aspecto emocional.

Algunos ejemplos de estas dificultades, dice la experta, pueden ser cambios constantes de escuela o ciudad, violencia intrafamiliar, bilingüismo o conflictos entre los padres, como discusiones constantes, separación o divorcio.

Para María Guadalupe García Palacios, pedagoga y docente en el Colegio Bilingüe Madison La Herradura, los trastornos más comunes están relacionados con el área de la lectoescritura.

"Las estadísticas indican que 1 ó 2 de cada 10 niños en edad escolar son afectados por estos trastornos, siendo los niños varones los más predispuestos a ellos", comenta la especialista.

La dislexia, disgrafia, discalculia y las alteraciones del habla y lenguaje se clasifican como trastornos del aprendizaje específicos, mientras que los déficits de atención, memoria y comprensión ya se consideran generales, es decir, que afectan no sólo en el plano escolar, sino en el familiar y social.

Frecuentemente, explica Medina Regalado, los primeros suelen ser los culpables de que se desarrollen los segundos, aunque no siempre es el caso.

Conoce los trastornos específicos al ámbito escolar.

DISLEXIA

La dislexia es un deterioro de la capacidad lectora, es decir, de identificar correctamente las letras del abecedario, explica Medina Regalado.

"El niño sufre de problemas de lateralidad, es decir, tiene problemas para ubicar qué es arriba, abajo, izquierda y derecha", remarca la especialista.

Si confunde las letras "b" y "d" y la "p" y "q", tiene dificultad para distinguir entre arriba-abajo. En cambio, si es izquierda-derecha invertirá palabras como "el" por "le". También puede comerse letras o sílabas de palabras y decir "ecuela" en lugar de...

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