Figuras

Protagonistas del espacio

"La arquitectura es el punto de partida del que quiera llevar a la humanidad a un porvenir mejor", decía Le Corbusier, revolucionario de la disciplina de la centuria pasada, sobre quienes se encargan de crear los espacios donde los demás viven.

Quienes destacan por su trayectoria, pero sobre todo por su innovación, pragmatismo, estilo o por la entrega a su profesión, aportan una huella que a la postre los consolida como influencias positivas de esta materia.

Así, se pueden encontrar nombres internacionales como Toyo Ito o Karim Rashid, personalidades que le han dado un giro a su especialidad para generar una obra que se integra a las necesidades funcionales y estéticas de su tiempo.

En tanto, Francisco López Guerra, Daniel Álvarez y Francisco González Pulido brillan como artífices nacionales que, a través de su trabajo, marcan el paso que mantiene a la arquitectura mexicana como una de talla mundial.

TOYO ITO

Con un paso ágil, Toyo Ito descendió de la camioneta que lo llevó a visitar, en México, la recientemente remodelada casa del arquitecto mexicano Juan O'Gorman.

El artífice llegó para nutrirse de arquitectura, como si después de 40 años de trayectoria no hubiera ya impreso un estilo único, como si fuera un desconocido en búsqueda de más aprendizaje, como si no le hubieran entregado -este año- el galardón más importante de la disciplina a nivel mundial.

El Premio Pritzker 2013 quedó impresionado tras el recorrido. La modernidad con la que trascendió O'Gorman en los 30, y que atestiguaba el nipón, le robaba expresiones de sorpresa y fotografías a su iPad durante las casi tres horas en las que visitó cada rincón.

Después de conocer cada una de las habitaciones que tiene la antigua residencia, ubicada en la zona de San Angel Inn, y antes de retratarse en la escalera de concreto que se encuentra en su exterior, Toyo Ito habló del Pritzker, de su proyecto en Puebla, de lo moderno, de lo barroco, del árbol.

¿Qué impresión le ha dejado la restauración de la casa de Juan O'Gorman?

No conocía esta rehabilitación de la casa. La he visto y me sorprendí muchísimo.

Estoy muy ilusionado de poder ver un resultado tan bueno. Imagino que en su época ésta obra era una mirada a algo nuevo.

¿Cómo fue su primer acercamiento con O'Gorman?

Me acerqué a su obra en el año 90; antes, no conocía nada.

Todo fue parte de una organización que invitó a cinco arquitectos japoneses a México, y sin decir nada nos trajeron a la casa-estudio de Diego Rivera y Frida Kahlo. Ése fue el primer encuentro que tuve con el arquitecto O'Gorman.

Para mí representó una gran sorpresa saber que existían estas casas tan modernas, que fueron construidas hace tanto tiempo y que se encuentran en plena Ciudad de México. Este sitio es una maravilla.

¿Qué representa el Premio Pritzker 2013 en la carrera de Toyo Ito?

En primer lugar, despierta en mí un gran agradecimiento.

Los motivos por los que me han otorgado el premio son la innovación, el hecho de proponer algo distinto y buscar soluciones originales, y porque dentro de estas soluciones no había que olvidar hacer la arquitectura agradable y cómoda.

Siempre pensé que esas dos líneas eran mi meta en la disciplina, y el Pritzker me dice que estaba acertado en lo que yo interpretaba como el objetivo de la arquitectura durante toda mi vida, creo que no me equivoqué en eso.

¿Cómo analiza el proyecto que realizará en Puebla, el Museo del Barroco?

Interpretándolo con arquitectura moderna; para esto queremos reconocer la naturaleza y el entorno del proyecto.

El estilo barroco trabaja mucho el tema de la luz y la secuencia de espacios de unos a otros. Estamos interesados en trabajarlo porque ofrece un reto importante para una arquitectura moderna.

¿Qué características destacaría del estilo barroco?

Lo defino con dos conceptos: su luz y el espacio que fluye.

Este estilo no es sólido, no trata de estática, como en el Renacimiento, sino que los espacios fluyen de diferente manera, y en esa diferencia radica una posible convivencia con mi arquitectura.

¿Qué diferencias encuentra entre el paisaje arquitectónico de Tokio y el de la Ciudad de México?

A Tokio la pienso como una ciudad que llega a un punto de clímax en su arquitectura, donde después todo cae y del que ya no hay un sitio más arriba. Es un sitio en la modernidad muy alto, pero que yo normalmente critico: no me gusta tanto esa modernidad porque llega a su cumbre y después no hay más.

México luce similar cuando uno sobrevuela la Ciudad, pero adentro encuentro muchas posibilidades: la gente vive con mucha fuerza, muchas ganas, son muy vitales, y gracias a esa energía seguramente la metrópoli crecerá mucho más. Tiene un gran futuro.

¿Qué piensa de los desarrollos que se están haciendo en el mundo árabe con una arquitectura imponente, de grandes alturas con sus rascacielos?

De momento, nosotros no tenemos proyecto en el mundo árabe, y una de las razones es que no podemos imaginar cuál es el contexto de una sociedad que está necesitando de ese tipo de obras.

El saber por qué la gente requiere de un proyecto de esa naturaleza con las alturas tan grandes que manejan, cómo se llegó a una obra así en su territorio, me es difícil imaginarlo.

Usted se ha referido a la arquitectura del árbol como la meta de una arquitectura perfecta. ¿Cómo llegar a ello?

Podemos aprender muchas cosas de estos elementos naturales: el árbol está hecho de un orden o reglas muy simples.

Cada árbol es diferente y el crecimiento está definido por normas simples, pero, al final, es una complejidad enorme para adaptarse a los ambientes y alrededores. Pienso que eso es contrario a muchos estilos arquitectónicos.

Las reglas muy simples del árbol se aprecian mientras crece porque se relaciona con las condiciones que lo rodean.

Está el viento, la luz y luego el árbol. En...

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