Felipe Díaz Garza / Sociedad versus sociedad

AutorFelipe Díaz Garza

Quizás tengan razón quienes sostienen que las adicciones no se eliminan a través de medidas impositivas. Pero eso no justifica, de ninguna manera, que legisladores y gobernantes, especialmente los del área hacendaria, vean en los impuestos elevados a la compra de cigarros, usualmente especiales, una forma de obtener los ingresos que el gobierno necesita para poder operar. Y lo mismo se aplica para los gravámenes especiales que afectan la compra de bebidas alcohólicas.

El hecho de que los recursos de que el gobierno dispondrá en el 2004 serán escasos e insuficientes, debido al fracaso de la iniciativa de reforma hacendaria propuesta por el Presidente Fox y rechazada por la Cámara de Diputados, no debe propiciar que el gobierno piense que cobrar por fumar y por beber puede ser una salida a sus problemas de caja. Los impuestos especiales sólo se justifican si se puede hablar de justificar impuestos injustos, cuando su existencia permite solucionar, o busca hacerlo, problemas graves que difícilmente pueden ser enfrentados en otra forma. Cualquier impuesto especial o discriminatorio es injusto en principio, aunque grave lo malo, mientras lo malo sea legal.

Uno de los problemas graves que supuestamente se pretendía enfrentar con los impuestos especiales a cigarros y bebidas alcohólicas es el de las adicciones. Y vaya que es un problema grave que arroja un saldo negativo para el país que se expresa en términos económicos, sociales, sanitarios y morales. Igual que en otros países, las conductas adictivas se manifiestan en México en las formas ilegales que todos conocemos. Pero las adicciones aceptadas social y legalmente, entre las que destacan el tabaquismo y el alcoholismo, causan daños tan severos como los que provocan las drogas condenadas por la ley y por la moral de la sociedad, pero a la ley y a la sociedad no les preocupan los fumadores, los bebedores, pues ley y sociedad tienen un gran respeto a los comerciantes y a los fabricantes de los adictivos productos.

Para contrarrestar la laxitud legal con respecto a estas adicciones fue que se crearon impuestos especiales para cigarros y bebidas alcohólicas. La aplicación de impuestos extraordinarios a la compra de estos productos busca, desde luego, desalentar su consumo. Es muy importante que las autoridades correspondientes y los legisladores no pierdan de vista el objetivo original y terminal de estos impuestos. No se grava especialmente la compra de cigarros y bebidas alcohólicas para que el...

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