Felipe Díaz Garza / Nomás él sabe

AutorFelipe Díaz Garza

Discurso bonito el del Presidente Calderón en la celebración del bicentenario del ataque y sitio de Cuautla: "Nunca hay que rendirse. Nunca hay que ceder un palmo de terreno al adversario. Nunca abonarle el camino al enemigo, menos por debilidad, por miedo o por inseguridad en nosotros mismos... No hay enemigo demasiado poderoso ni problema insuperable, cuando se pone por delante la voluntad, el valor y la Patria".

El Mandatario afirmó que México ha superado distintos retos en años recientes: la crisis económica de 2008, el recrudecimiento de la violencia, la pandemia de influenza, inundaciones y sequías. "Si se mira bien, de todas, de todas esas adversidades hemos salido o estamos saliendo adelante", señaló.

Para muchos que miramos mejor que este Felipe, más que haber salido o estar saliendo adelante de los problemas, hemos permanecido donde mismo, donde nos pescó el vendaval, mientras las calamidades pasaban por encima de nosotros, nos apachurraban, nos ahogaban, nos exprimían, nos enfermaban o nos mataban en fuego cruzado. Luego los problemas salían adelante, ésos sí, mientras sus víctimas nos quedábamos estuporosos y maltratados, en el mejor de los casos, cuando no baleados y muertos o despojados.

No hemos salido adelante de la siniestralidad, estamos anclados por ella. Sólo 50 mil han caído, pero todos los que quedamos estamos en una especie de horrendo "ni pa'llá ni pa'cá", pues las cosas de muchas maneras siguen igual o peor. Y no me refiero tan sólo a los crímenes regulares de los que los mexicanos somos víctimas directas o colaterales frecuentes. Incluyo por delante los ataques, asaltos, extorsiones, desestabilizaciones y otros abusos que personas que circulan como correctas y decentes, pero que pertenecen a cárteles honorarios, emprenden contra nosotros.

A esas personas nos hemos rendido. Contra lo que dijo anteayer mi tocayo presidencial, hemos cedido todo el terreno disponible al adversario, le hemos abonado camino al enemigo, precisamente por debilidad, por miedo o por inseguridad de nosotros mismos o, más específicamente, por miedo e inseguridad del Gobierno de Calderón.

No se explica de otra forma el largo proceso de sumisión presidencial, todo el periodo calderonista, al chantaje, la extorsión y otras amenazas del cártel figurado, pero omnipotente frente a la impotencia gubernamental, de Elba Esther Gordillo. El mismo miércoles en que Calderón presumía en Cuautla de no...

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