Felipe Díaz Garza / El 'capo di tutti capi'

AutorFelipe Díaz Garza

Me asustan las llamadas telefónicas amenazantes, aunque todos los procuradores y jefes policiacos de México me digan que son de mentiras y que lo único que tengo que hacer es oír lo que me digan, colgar y llamar al anónimo servicio Denuncia Anónima, donde quizás me dirán qué hacer en teoría, porque ninguno de ellos sabe lo que está haciendo ni a qué se está enfrentando. Pero en el 089 ni me protegerán ni me quitarán el susto.

Ahora bien: más que las llamadas amenazantes hechas por celular desde algún penal del Pacífico, me asusta y me ofende que me llamen, violando mi privacidad y mis demás derechos de consumidor, los empleados del dueño de los celulares, que no somos ni usted ni yo ni el bandido que telefonea desde La Palma. Me enoja que me llamen para pedirme que me moche con las obras filantrópicas del extorsionador mayor, el hombre más rico de este país y de este mundo, el capo di tutti capi, el tendero libanés Carlos Slim.

A punto de empezar a escribir este artículo, para el que tenía otro tema que se desvanece con la mortificante llamada invasora, timbra mi teléfono y, al contestar, me topo, como me pasa a menudo, igual que a usted que también recibe llamadas obscenas de este tipo, con una melosa voz de locutor que me propone información acerca de la Fundación Carlos Slim para pedirme mi cooperación con la mentada fundación.

Realmente se necesita no tener vergüenza para que, siendo el hombre más rico del mundo, así clasificado por los expertos de la revista Forbes, y, con mucho, el más rico de México, este multibillonario personaje se atreva a pedir que usted y yo le demos dinero para promover su imagen personal de hombre caritativo y bueno.

Con nuestros donativos extorsionados, este hombre, que en el 2010 ganaba 2 millones de dólares por hora, contrarrestará su actual y bien ganada imagen de explotador aprovechado de sus miles de trabajadores mal pagados (pregúntele a un vendedor de mostrador de Telcel cuánto gana) y de los millones de mexicanos, la mayoría de clase media para abajo, que pagamos las peores tarifas (las más altas del mundo) por la deficiente comunicación, todavía prácticamente monopólica, que Slim vende en sus empresas Telmex y Telcel.

Sin olvidar que, a través de esas empresas, Slim ha estorbado durante muchos años el desarrollo de México, apoyado por o apoyando a...

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