Federico Reyes Heroles/ Solos

AutorFederico Reyes Heroles

Falso, mentiroso, chismoso, tramposo, "Pinocho", lacayo de Bush, traidor de su apellido y mucho más. Pero la lista no acaba allí, bueno fuera. Llevado al cadalso público por Granma, la nueva víctima recibió como ráfagas las siguientes diatribas: "Es un bebedor de vino (¿?)... y un presuntuoso que usa camisas afeminadas y perfumes afeminados..."; el que habla es nada menos que el subdirector de Granma en entrevista a Ciro Gómez Leyva y Verónica Ortiz.

Por cierto, ¿algún problema con los afeminados? No quiero imaginar algún desliz homofóbico que venga a ratificar lo que se sabe. Hay más de la misma sesuda voz: "El no es un macho.." y como contra argumento "el es un hombre que no tiene ideologías...", como si la afiliación doctrinal fuera una asunto de virilidad. "Un hombre que en realidad se sumó a la guerrilla...", como las promovidas por Fidel. "Fue a la izquierda, fue a la derecha...", ¡oh, gran pecado cometido por la mitad del orbe! "No tiene partido, no tiene ideología". Luego todos debemos, para ser hombres de bien y bien machos, afiliarnos a un partido y así poder tener ideología. Los desfiguros no tienen límite. Pero, ¿de qué demonios estamos hablando?

Los perfumes y camisas del Canciller mexicano le incumben sólo a él. Son un asunto privado que únicamente los regímenes fascistas llevan a la plaza pública. Lo que si no es un asunto privado es la vigencia de los derechos universales del individuo en Cuba. Ese es el meollo de la discusión.

No es una cuestión novedosa, por lo menos llevamos dos décadas en las cuales la democracia y los derechos humanos pertenecen ya al debate internacional. Allí están la transformación institucional que dio amplio juego al Alto Comisionado para Derechos Humanos de Naciones Unidas y las múltiples organizaciones no gubernamentales, de Amnistía Internacional a Human Rights Watch.

Eso y no la buena voluntad de los gobernantes es lo que permitió que en el último cuarto del Siglo 20 las libertades y derechos formales de los individuos avanzaran. Eso fue lo que ayudó a que la tortura disminuyera y la democracia caminara en muchos países, incluido México. "The Freedom House" reporta que, en 1950, sólo 30 por ciento de la población mundial vivía en democracia, porcentaje que casi se duplicó para el año 2000. ¿Dónde estuvo Cuba mientras el mundo se reacomodaba, de Argentina o Paraguay, a Filipinas, Grecia, Turquía, Portugal o Ucrania?

En la mejor mitificación del quehacer humano de Carlyle, donde todo se explica...

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