Proyecto Familia / Bríndale aliento al enfermo

Vicky Cantú de Santos

Confusión, impotencia, desesperación y tristeza son sentimientos y pensamientos que pasan por las personas que enferman o sufren un accidente. Están librando una batalla interior y necesitan apoyo y cariño de quienes los rodean para reponerse.

Una caricia, un apretón de manos o una visita pueden ser el impulso que necesitan para salir adelante y tener consuelo y paz. Muchos enfermos concluyen que, de no ser por sus seres queridos, la enfermedad hubiera terminado con ellos.

Vale la pena ponerse en los zapatos del enfermo, comprenderlo y acogerlo.

Cada persona tiene una historia personal y circunstancias propias. Por tanto, todas experimentan y reaccionan de forma diferente aun ante una situación similar. La comprensión y compasión cambian totalmente la relación con el enfermo e inyecta una buena dosis de amor a la situación.

Hay que arrancar sonrisas y ayudar al enfermo a descubrir que la vida es bella y merece la pena vivirla, independientemente de la situación difícil por la que se atraviesa. El buen humor y la amabilidad son el arma perfecta porque humaniza y da un respiro al dolor.

Al enfermo se le llama paciente porque se espera que practique la virtud de la paciencia y acepte su situación. No es fácil. Puede pasar por momentos de irritabilidad, mal humor o fastidio porque se encuentra luchando interna y externamente con la enfermedad.

Si se ama al enfermo...

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