Una explosiva celebración

AutorMaría Luisa Medellín

A unos cuantos días del Sábado Santo, todavía no se decide a qué personajes quemarán en la colonia Obrerista.

La candidata ideal sería la villana del momento, la maestra Elba Esther Gordillo, presidenta vitalicia del SNTE, aprehendida por dilapidar recursos de procedencia ilícita por mil 978 millones de pesos, en cirugías estéticas, tiendas de lujo, inmuebles y pago de tarjetas de crédito.

Pero Alfredo Haros, coordinador del tradicional festejo, dice que hay que añadir uno o dos nombres más, y ponerlos a consideración de los vecinos, cuyos padres y abuelos también han atestiguado la quema de los Judas, que en este 2013 llega a siete décadas ininterrumpidas.

En ese tiempo le han dado su merecido a unos 300 villanos.

Entre los más recordados está el de la CFE, que en plena Semana Santa dejó a oscuras la colonia tras un fuerte ventarrón, y en represalia la llevaron a la hoguera logrando que enseguida les reinstalaran el servicio eléctrico.

"Se divierte uno al ver que por lo menos pagan de esta manera lo mal que se portan con la gente", lanza Elia Carvajal, una de las vecinas.

Haros, moreno, de bigote recortado y frente amplia, cuenta que la tradición inició en la colonia Sarabia, a la que llamaban Matehualita por la procedencia de sus habitantes, y tiempo después se trasladó a unas cuantas calles, ya en territorio de la Obrerista.

Hay quienes difieren, y señalan los orígenes en la Obrerista, con la organización de Fernando Dumont y Benigno Hernández, entre un puñado de moradores.

Esta celebración de Semana Santa, arraigada por los españoles en el continente americano, mantiene aquí un tono carnavalesco, ya que se compara a Judas Iscariote, quien entregó a Jesús por 30 monedas, con aquellos sujetos que han traicionado la confianza de la comunidad.

Simbólicamente, al prender fuego al monigote de carrizo y cartón que los representa, y al explotar los cuetes que llevan dentro transformándolos en cenizas, desaparece el mal y el pueblo ejerce justicia.

A partir de los 70, los políticos han sido los favoritos en esta hoguera popular, en la que han ardido los expresidentes, desde Luis Echeverría Álvarez hasta Felipe Calderón; gobernadores como Rodrigo Medina, quien prometió dar su vida por Nuevo León, y alcaldes "chapulines", como Fernando Larrazabal.

"Mi papá me platicaba que la familia de nosotros colaboró desde los inicios. Yo empecé a participar a los 16 años, y en 1971 -a los 25- me hice cargo de la coordinación, agregando una carrera de 2 mil...

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