Everardo Elizondo/ '¿Política económica: anticíclica?'

AutorEverardo Elizondo

En esta dimensión temporal, la influencia de la política monetaria es esencialmente sobre variables nominales, en particular el nivel de precios. Es en tal sentido que comúnmente se sostiene que la inflación... es, a fin de cuentas, un fenómeno monetario. Por esta razón, es importante que la inflación sea el foco principal de la política monetaria del Banco Central. Sin embargo -agrega el Banco- los cambios en la política monetaria influyen en la actividad económica a corto y mediano plazo... el camino por el cual se llega a un objetivo en materia de inflación... puede tener diversas variantes en lo relativo a la actividad económica, al empleo y a las cuentas externas". (Las cursivas son mías).

La extensa cita anterior expresa con bastante exactitud lo que constituye "el credo" de la banca central moderna (incluyendo en este grupo, desde luego, al Banco de México). Palabras de más o de menos, la misma idea puede encontrarse en documentos recientes tanto del longevo Banco de Inglaterra como del novísimo Banco Central Europeo.

La referencia viene a cuento porque frente a la abrupta desaceleración que sufre actualmente la economía mexicana (ligada sin duda al ciclo mundial y en particular al de Estados Unidos), han surgido propuestas de política económica (supuestamente) "anticíclica", cuya parte medular consiste en aumentar el gasto público y en adoptar una postura monetaria "floja" o "laxa". A mi juicio, se trata de un consejo (cuando menos) cuestionable.

Quienes proponen más desembolsos gubernamentales con un propósito alegadamente estimulante, no nos dicen cómo se financiarían dichos gastos. Las finanzas públicas de México presentan de por sí un déficit considerable, cuya reducción es precisamente lo que se intenta conseguir mediante la reforma tributaria que se debate al presente en el Congreso. Ampliar los egresos traería como consecuencia inevitable una expansión del desequilibrio fiscal (y a la vez, por fuerza, del endeudamiento). La colocación de más pasivos del gobierno en el mercado de fondos presionaría al alza las tasas de interés y tendería a desplazar del crédito a los usuarios privados. Esto último tendría, desde luego, efectos depresivos sobre la actividad económica.

Para prevenir lo anterior, se dice, es necesario que el Banco Central adopte una postura relajada en su política monetaria. Con ello, según se concluye, es posible evitar la presión sobre las tasas de interés.

El problema con el razonamiento previo reside en el...

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