De estreno en la Roma

AutorGabriel Ibarzábal

Quizá una de las colonias que mejor refleje el ánimo cosmopolita de la Ciudad de México es la Roma.

Lo demuestran tiendas donde reina el diseño, restaurantes de alta gastronomía y galerías de arte.

Por ello, la aparición en este barrio de un nuevo y ambicioso hotel boutique resulta un evento totalmente natural: se llama Brick y está ubicado en la emblemática calle de Orizaba, muy cerca de Álvaro Obregón, en el corazón de la zona.

El hotel se ha montado en una de las pocas casonas de estilo británico de la ciudad, edificada a principios del siglo 20 para el presidente del Banco de Londres en México.

Debe su nombre a que la construcción original de la fachada está hecha de ladrillos (bricks) traídos ex profeso desde el Reino Unido, por lo tanto cada uno de éstos se encuentra numerado.

La mansión tuvo después un giro más lúdico, pues fue una casa de citas, comandada por la madame Olivia; más tarde fungió como cerrajería por más de 40 años bajo el nombre de La Moderna.

Luego de permanecer abandonada seis años, fue adquirida en el 2008 por el grupo LRDF Arquitectos, encargado de construir el pequeño edificio de cuatro plantas anexo al inmueble que alberga más habitaciones y cuenta con una doble fachada minimalista y discreta, que sirve como marco perfecto para la casona, la cual ha sido declarada Patrimonio Cultural por el INBA.

"Nuestro objetivo fue retomar la historia y el espíritu de la casa, y utilizar elementos británicos de gran tradición, como referencias a la cultura de la sastrería, especialmente a la calle Savile Row", explica Jorge Medina, de Muro Rojo, el estudio que estuvo a cargo del diseño de interiores.

"Por eso hay lámparas de maniquís con cintas métricas combinadas con cosas mexicanas: muchas llaves antiguas y candelabros.

"Es un estilo ecléctico pues también hay elementos mexicanos, como la silla Acapulco. Mandamos a hacer el mobiliario a la medida, pero también encontramos muebles antiguos y los reformamos".

Pero la admiración y el respeto al pasado también se reflejan en sus dos restaurantes, uno de ellos es un bistro con vista a la calle, que se llama Lonchería Olivia, recordando a aquella madame, y también haciendo un tributo a los pequeños restaurantes conocidos como loncherías que hace décadas abundaban en la Roma.

"Aquí la comida es práctica, fácil y sencilla, pero con toques mexicanos e internacionales", destaca el chef corporativo, Olivier Le Calvez.

El restaurante interior fue bautizado como La Moderna, con...

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