Estampas isleñas

AutorSergio Zepeda

Enviado

Florianópolis, Brasil.- Tras ver Florianópolis cuatro días, parece increíble que pocos mexicanos sepan de su existencia.

Quizá sea porque en México hay mucho sol, arena y mar, o porque la distancia entre la isla y nuestro País es de cerca de nueve horas, pero aquí hay atractivos de sobra.

En cada lugar destaca cierta personalidad única.

Al llegar a Jurerê, al norte, veo que estoy en la zona más lujosa de la Ciudad.

Al enfilar al este y cruzar frente a Lagoa, y más tarde, cuando me detengo en la playa de Joaquina, es evidente que ambos sitios son los favoritos de surfistas y aventureros.

Cerca de ahí, también en el este, está la playa gay, Praia Mole.

Estos datos los van soltando los lugareños, siempre son-rientes y sin asomo de sorpresa ante las preguntas.

El gesto de respuesta es el mismo, un encantador cliché brasileño: el pulgar hacia arriba.

AL ESTE, PLAYA Y AVENTURA

¿De dónde eres? ¿Por qué viniste a Floripa? ¿Viajas sólo o con familia? Eso le pregunto a un turista cualquiera en las dunas de arena de Joaquina, al este de la isla.

Omar Cava me responde tranquilo, con una sonrisa. Llegó con su esposa y sus cuatro hijos tras manejar durante dos días seguidos desde el Estado de Matto Grosso, en el oeste de Brasil. Sólo tenían claro que querían ir a la playa.

Llegaron a Florianópolis por pura casualidad porque, bueno, les pareció un lugar hermoso para visitar. Por lo pronto, sus hijos disfrutan de un poco de sandboarding en las dunas. Por sólo 20 reales (unos 140 pesos), comparten una tabla y se deslizan en la arena.

Antes de llegar a Florianópolis, había escuchado que fue justo aquí donde se inventó este

deporte. Así que interrogo a uno de los pescadores que rentan tablas a los viajeros.

Valei Correia, quien lleva cerca de 30 años en la zona, dice que lo inventó un surfista local hace más o menos 50 años, un día en el que no había olas. ¿Su nombre?

Quién sabe, Valei no lo tiene en la memoria, pero asegura que sí lo conoció.

Y entonces recuerdo que hay quien le atribuye el sandboarding a un estadounidense llamado Lon Beale, mejor conocido como Doctor Duna.

Resulta difícil rastrear el origen del deporte, pero lo cierto es que un día de verano cualquiera, en las dunas de Joaquina, se pueden observar a cerca de 400 o 500 personas deslizándose por las pendientes. O eso me dice

Valei. La verdad, a estas alturas, no sé si me está tomando el pelo.

AL OESTE, HISTORIA

Florianópolis recibe su nombre de Floriano Pexioto, un Presidente y...

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