Establos invaden la Colonia Mezquital

AutorNorma Loeza

En medio de las grandes empresas que han convertido a Apodaca en uno de los municipios industriales más importantes de México, la Colonia Mezquital con su ambiente campirano sigue cerrando las puertas a la modernidad.

Rodeada de grandes parques industriales, esta colonia de Apodaca se aferra al mismo ambiente de principios del siglo pasado, cuando era una hacienda dedicada al cultivo y la crianza de animales.

El urbanismo intenta ganar terreno con la pavimentación de calles, la creación de grandes avenidas que cruzan la colonia y la construcción de casas habitación.

Pero contraviniendo el Plan de Desarrollo Municipal que prohíbe tener establos en zonas habitacionales, los espacios al aire libre donde aún se crían caballos, vacas, borregos, chivas, cabras, marranos y gallinas, no terminan por salir de la zona urbana.

Para quienes ocupan una vivienda en esta zona, el ambiente campirano no tiene nada de romántico ni saludable; los desagradables olores penetran a las casas, a las escuelas, a los centros de trabajo, complicando casi cualquier actividad.

Sobre la calle Antonio I. Villarreal, frente a la Plaza Moisés Sáenz se ubican los únicos dos planteles escolares de la colonia, apenas a unos metros de un criadero de cerdos.

"El olor a marrano es insoportable, nosotros no lo aguantamos cuando venimos a buscar a los niños a la hora de la salida, imagínese cómo han de estar los niños que soportan todo el día los olores que desprenden los animales", señaló Virginia Sánchez Rodríguez, quien tiene a su hijo estudiando en la escuela de la colonia.

Cientos de vecinos colindan con alguno de los 77 establos que existen en el Mezquital, donde crían vacas, caballos y gallinas.

"Antes, había criaderos en el Mezquital, pero no habitaba mucha gente; y ahora es mucha la gente que habita y la crianza de algún animal sí nos afecta, sobre todo porque se desprenden olores muy desagradables a cualquier hora del día", expresó María Quiñones Contreras, habitante de Mezquital y vecina de un establo con criadero de vacas.

Este ambiente de rancho se acentúa con el descuido que se observa en la mayoría de las calles, algunas sin pavimentación, otras con baches, sin señalamientos viales, o con pedazos de concreto, metal o llantas que cumplen las veces de cordón de banquetas.

La maleza que invade las banquetas y los lotes baldíos, utilizados como depósitos de basura, tampoco pueden faltar.

Y la ausencia de alumbrado público en grandes áreas de la colonia, terminan por...

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