Es hora de retirarse

AutorKarina González

Cuando llega el momento de jubilarse, la mayor parte de los papás goza de solvencia económica y disponibilidad de tiempo para llevar a cabo las actividades que siempre deseó.

Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, pues, al no existir una ocupación laboral, también pueden presentar síntomas de ansiedad y depresión.

"En la jubilación se rompe el esquema de trabajo y actividad. Entonces, si no se tiene un plan después del retiro, la salud puede verse afectada en términos de sueño, estado de ánimo y alimentación.

"En nuestra sociedad, los hombres tienden a depositar su autoestima en su capacidad económica. Por ello, cuando dejan de ser productivos se percibe una sensación de inutilidad. Más aun si el periodo de inactividad es prolongado", explica el psicólogo Óscar Galicia.

De acuerdo con el especialista, en México existe una crisis en los sistemas de pensiones, razón por la cual es fundamental promover el ahorro desde que se tiene un empleo fijo.

También debe tomarse en cuenta la parte social, ya que, si existe una buena relación del padre con la familia y los amigos, le será menos difícil enfrentar esta etapa.

"También hay que considerar que en esta fase de la vida, que es entre los 50 y 70 años, existe un deterioro físico. Así, es fundamental hacer ejercicio y mantenerse activo para llegar a esta situación en las mejores condiciones", agrega.

Algunas de las ventajas de la jubilación, dice Galicia, es que el papá puede autodescubrirse y realizar actividades que siempre quiso hacer. Siempre y cuando se sienta motivado, podrá estudiar, viajar y ejercitarse.

A disfrutar

25 años de trabajo en una importante empresa paraestatal fueron suficientes para el ingeniero civil Alberto Altamirano.

"Platiqué con mi esposa y mis hijos, quienes me apoyaron en esta decisión, ya que sabían que había trabajado por mucho tiempo.

"El principio fue lo más difícil, pues sentía que me sobraba el tiempo, me levantaba a las cinco de la mañana, extrañé la relación con mis compañeros y me sentía culpable por no ser productivo", subraya Alberto, quien se jubiló a los 59 años y actualmente tiene 65.

Después de un tiempo, encontró diferentes ventajas en esta etapa: pasar más tiempo con la familia y dedicarse a las actividades que más le gustan, como leer de economía y matemáticas, impartir conferencias sobre lo que fue su trabajo y hasta escribir su libro de memorias.

"Es una etapa natural de la vida. Te permite disfrutar más a tu familia y desarrollar hobbies que...

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