Entrevista / Soy un long-seller.- Robbe-Grillet

AutorLourdes Zambrano

El escritor francés Alain Robbe-Grillet se autocalifica como un vendedor a largo plazo, un long-seller, nunca como best-seller, menos en la época cuando inició a publicar su trabajo y los críticos lo catalogaron como ilegible.

Por allá de los años 50, el iniciador del movimiento Noveau Roman (Nueva Novela) emprendió un camino distinto al conocido hasta ese momento, o al menos, no establecido formalmente bajo un título.

La Noveau Roman se caracteriza porque el autor no interviene en ningún momento en las situaciones ni con los personajes, contrario a lo que sucedía en las obras de la mayoría de los autores.

Robbe-Grillet también llevó parte del movimiento a la pantalla grande a partir de guiones de su autoría o como director de filmes como "La Inmortal", "El Hombre que Miente". Es autor de obras como "La Celosía", "La Doble Muerte del Profesor Dupont", "El Mirón" y "Por una Nueva Novela".

De visita en la Ciudad por invitación de la Cátedra Alfonso Reyes del Tec de Monterrey y en colaboración con la Alianza Francesa de Monterrey, el bretón nacido en 1922 comparte sus opiniones sobre la literatura actual.

Robbe-Grillet está cansado, y aunque a primera vista tiene un semblante inexpresivo, a los pocos minutos de diálogo su risa se manifiesta. Al escuchar las preguntas, a veces responde primero con una anécdota. No es raro, siempre tiene una.

· En los últimos años, algunas personas han dicho que la novela ha muerto, ¿qué opina usted?

No, no creo. Me asombraría mucho que se hubiera muerto. Como quiera, hace 150 años que se anuncia la defunción de la novela. Hay algo imposible de sustituir en la novela, más que la narración en sí, son las estructuras lingüísticas. De hecho el Antiguo Testamento ya es una novela y probablemente el Antiguo Testamento sea Noveau Roman.

· ¿Entonces por qué considera que mantiene vigencia la novela como forma de narrar historias?

Hay algo en la novela que es propio del hombre y que no tienen los demás animales. Se produce el relato, se produce la narración. Y yo, a mi vez, soy un producto de ese relato, un producto de esa narración. Hablé del Antiguo Testamento, pero podría hablar de la mitología griega, de la mitología germánica, es una cosa constante, y no sé cómo eso podría dejar de ser.

El papel ha cambiado radicalmente. Aquellos novelistas tenían una comprensión absoluta del mundo, una especie de conocimiento absoluto, y explicaban al mundo, cómo funcionaba. Balzac explicaba a la gente o creía explicárselo, pues...

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