Enrique Krauze / Por la cultura libre

AutorEnrique Krauze

¿Cómo se mide la cultura?, me preguntó hace años un empresario, con absoluta buena fe. ¿Cómo se miden Orozco y Rivera?, le contesté.

Al advertir en su mirada un atisbo de duda, solté una cascada de nombres, poetas, novelistas, ensayistas, músicos, pintores, arquitectos, cineastas, dramaturgos mexicanos de excelencia internacional, que con su obra han enriquecido nuestra vida colectiva. En el balance histórico -remaché, usando términos contables-, la cultura ha sido siempre, de Nezahualcóyotl y Sor Juana a Tamayo y Octavio Paz, un activo fundamental.

No recuerdo haberlo convencido, pero un libro de aparición reciente lo convencerá por completo: "Dinero para la Cultura", de Gabriel Zaid.

Se trata del análisis más serio publicado en muchos años en torno al estado material y moral de la cultura en México.

En el tema hay un equívoco mayor: la confusión entre educación y cultura. Parece obvio, pero no lo es. La educación es transmisión de cultura del maestro al alumno; la cultura es creación que va del autor al público. En las últimas décadas el equívoco se ha complicado, porque mucha gente cree que las instituciones de educación superior son las fuentes principales de cultura. No lo son ni lo han sido nunca. (Las ciencias, que por lo general requieren un marco institucional para llevar a cabo su labor de investigación, son tema aparte.)

Aunque en zonas de las humanidades las universidades crean conocimiento, la fuente histórica de la cultura -explica Zaid- es una institución que no es vista como tal porque no tiene edificios, ni aulas, ni maestros, ni alumnos, ni burocracias, ni sindicatos, ni calificaciones, ni nóminas, ni presupuestos, ni contratistas, ni direcciones y subdirecciones, ni logos, ni lemas, ni equipos de futbol. Esa inadvertida institución es la cultura libre:

"La cultura libre prospera en la animación y dispersión del diálogo y la lectura libre: las imprentas, librerías, editoriales, revistas, cafés, tertulias, salones, academias; los teatros, grupos de músicos, cantantes y danzantes, casas de música, galerías, talleres de arquitectos, pintores, escultores, orfebres. Prospera en las microempresas de discos, radio, cine y televisión, mientras son artesanales: no integradas a monopolios mediáticos. Prospera en los blogues y otras formas de publicación en la internet".

En términos de creatividad, la distinción entre universidad y cultura libre es universal. Los grandes creadores desde el Renacimiento no sólo no tuvieron que ver con...

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