Empresa / Callejón

AutorAlberto Barranco Chavarría

Se trata, pues, de colocar en un callejón al gobierno, y en su caso al Congreso, para el sí o no sustentado de las alternativas concertadas con el concurso de una representación lineal de los sectores, en la mira de mejorar el nivel de vida de la población, bajo un horizonte en que el diálogo de sordos entre los poderes pareciera estancar la posibilidad de un desarrollo más dinámico del país.

Si tu problema para establecer políticas públicas congruentes o para aprobar las reformas estructurales de la economía, son las encuestas de popularidad, los celos partidistas, los votos, dímelo con todas las letras, pero atrévete...

De acuerdo a la exposición de motivos de la alternativa que impulsa una comisión multipartidista cuya punta de lanza la constituyen el senador priísta Genaro Borrego, el panista Fauzi Hamdan y el perredista Demetrio Sodi De la Tijera, "el reto más importante en este momento, si queremos que el país se desarrolle y se reduzcan los niveles de pobreza, es superar los desacuerdos políticos, ideológicos y electorales, dando prioridad a las coincidencias que permitan los acuerdos que impulsen el desarrollo económico y social del país".

Más allá, "actualmente el Presidente de la República no puede gobernar sin el Congreso y, dada la composición plural de éste y la ausencia de mayoría, ningún partido puede gobernar sino a partir de acuerdos con otras fuerzas políticas. Y si bien nuestros partidos han tenido la madurez para alcanzar los acuerdos mínimos indispensables que permitan la gobernabilidad del país, nos encontramos en un momento en que esto no es suficiente: la transformación que exige el desarrollo del país obliga a establecer consensos en torno a las reformas fundamentales que hasta ahora han permanecido estancadas".

Por lo pronto, la posibilidad de plantear formalmente la iniciativa de la Ley que crea el Consejo Económico y Social tiene ya la simpatía del Congreso del Trabajo, del Consejo Coordinador Empresarial, de la Confederación Patronal de la República Mexicana y de organizaciones académicas, civiles y sociales.

El debate, en tal caso, se centra en dos capítulos: qué tan obligatorias deben ser las recomendaciones colocadas en la mesa, y si deben o no participar el gobierno y el Congreso en la composición del órgano de concertación, es decir qué pasa si a juicio de éste no existe mayor sustento en el rechazo de alguna de ellas, y qué tan conveniente sería la presencia de representantes de poderes que a fin de...

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