Divide guerra a mundo árabe

AutorJana Beris

EL NORTE / Jesusalén

La resolución de los Cancilleres de la Liga Arabe, reunidos la semana pasada en El Cairo para tratar la guerra en curso, presentó una imagen sorprendentemente uniforme y homogénea de apoyo a Iraq y condena a Estados Unidos y Gran Bretaña. Los países miembros exigieron el fin inmediato de la guerra y la retirada total de las tropas aliadas, llamando además a una reunión urgente del Consejo de Seguridad. No aceptaron siquiera incluir en la resolución final un agregado que pedía Kuwait, de condenar a Iraq por haber disparado misiles contra el territorio del emirato.

Lo interesante es que la Liga se manifestó de esta forma, a pesar de que los únicos países que ayudan a la coalición en su actual ataque en Iraq, son precisamente miembros de la Liga, países del Golfo Pérsico en cuyo territorio operan las tropas.

Jordania fue blanco especial de los ataques verbales de Iraq. En el interín, surgieron acusaciones estadounidenses sobre ayuda de Siria a Iraq mediante envío de armas, lo cual fue desmentido por Damasco.

A pesar de lo categórico de la terminología utilizada en la resolución, Iraq condenó a los países árabes por su "ayuda a la invasión", afirmando el Vicepresidente Taha Yassin Ramadan que lo que tendrían que hacer los países árabes es cortar relaciones con Estados Unidos y Gran Bretaña, y expulsar a sus tropas de los países en los que se encuentran.

Lo uniforme de la resolución de los Cancilleres no puede, sin embargo, aun dejando de lado los entretelones que la acompañaron, ocultar las discrepancias existentes en el mundo árabe en muchos temas, también en el iraquí.

Palabras sobre "hermandad" y "unidad" mencionadas a menudo por representantes de los 22 países árabes miembros de la Liga, no logran ocultar las profundas diferencias entre ellos.

Las calles parecen estar casi todas unidas contra la guerra, aunque en algunos casos las manifestaciones destacan la oposición al ataque contra Iraq y otras van más allá aún y expresan apoyo explícito a Saddam Hussein. Pero éste no es el caso con los Gobiernos, cuyos delegados no sólo discrepan sino que se insultan mutuamente en tribunas regionales como verdaderos enemigos.

A ninguno le gusta en absoluto la guerra, que coloca al mundo árabe todo en situación incómoda, pero mientras algunos ven en Estados Unidos y su Presidente Bush al verdadero demonio -como Libia, Yemen y Siria- otros critican la guerra mientras también acusan a Saddam Hussein por su política -como Egipto y...

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