Diván Especial/ Malestar por género (II)

AutorJosefina Leroux

(Ultimo de dos artículos)

"La naturaleza de una flor es florecer" Alice Walker

Los papeles asignados e introyectados por varones y mujeres han permitido que haya un orden social, es verdad, pero el costo individual ha sido frecuentemente brutal.

Ni siquiera los hombres tan privilegiados se han sentido felices. Las mujeres menos aún. Ambos han seguido guiones, han actuado haciendo lo que les han dicho que tenían que hacer. Han sacrificado sus verdaderos sentimientos por sus deseos por pertenecer.

No han sido auténticos, han falseado sus verdaderas personalidades, desconocidas para la mayoría, y así, se han relacionado con miles.

Sus relaciones son fraudulentas pues parten de una identidad falsa, de ahí que la comunicación profunda sea imposible. Cómo podría serlo si son un par de personajes los que hablan.

Sus sentimientos les son ajenos, a pesar de que podría ser lo único que les perteneciera... Las ideas pueden tomarse prestadas, igual los pensamientos y las creencias, no los sentimientos, dice John Powell, que equivalen a las huellas digitales profundas de cada cual.

Varones y mujeres transitan por la vida fingiendo, jugando papeles, conviviendo para aparentar que son buenos y felices cuando están vacíos y solos, porque si se atreven a asomarse son lastimados, rechazados, marginados.

El juego es parecerse unos a otros, hacer como si fueran iguales porque la diferencia es peligrosa...

Desde la antigüedad, los extranjeros eran mal vistos por desconocidos y diferentes; nadie sabía cómo pudieran actuar, más valía entonces desconfiar, marginar.

La singularidad que individualiza es amenazante, se considera egoísta y eso suena a antisocial o contra comunitario. Por eso, las personalidades se diluyen y se desvanecen en las familias. El que se atreve a ser o sentir pierde.

Pero una vez que se hace ya no hay punto de retorno.

Sentir... sentir.

La mayoría ni lo ha intentado.

Con trabajos piensa algo propio, lo común es repetir lo que ha dicho alguien más; pero ¿quién osa pensar y se atreve a decir lo que se le ocurre?

Es más fácil copiar frases y diálogos. Otras creencias están detrás. Creencias de cómo debe ser el mundo, la familia, los varones y las mujeres.

El equivalente a la audacia es insolencia. Callar es imperativo, guardar con pudor lo propio es la consigna.

Hasta que las mujeres se dieron cuenta que poder sentir es su mayor tesoro. Por siglos permanecieron replegadas, aisladas. El darse cuenta, hizo la diferencia porque conllevó a la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR