Diván Especial/ Herencias saludables

AutorJosefina Leroux

Pensando en innovar, hace poco tiempo una amiga y yo implementamos un programa para dar asesoría psicológica en el acto de heredar.

En lo que se refiere a la acumulación de bienes que puede dar lugar a una herencia, ideamos ayudar al benefactor y a su familia a prevenir un sinnúmero de problemas para que su testamento y herencia no se convirtieran en un legado de odios y conflictos.

El concepto implicaba un gran reto en nuestra medio, ya que poca gente cuenta con la suficiente madurez y responsabilidad como para invertir en la prevención de semejantes problemas.

Sin embargo, nos llamó la atención la cantidad de personas que se ha interesado en este proyecto. Tal vez porque saben que uno de los motivos más comunes por los que se agrede y separa la familia es la herencia de sus padres.

Se me ocurrió para esta columna publicar parte de los aspectos que desarrollamos en tal proyecto, para invitarles a reflexionar alrededor de los testamentos y las herencias.

Dejar los bienes y los afectos

Sí, usted... ¿sabe para quién trabaja? ¿Sabe qué es lo que está heredando? Su herencia será ¿de bienes o+ de problemas?

Sin saberlo, muchas familias están en riesgo a causa de las decisiones que tomó el benefactor alrededor de su herencia.

Mientras más cuantiosos son los bienes, más probabilidades de problemas se ha observado que ocasiona a sus familiares y socios, porque la herencia es una metáfora de las relaciones afectivas del que hereda.

En el acto de heredar -o dejar legalmente a sus seres queridos los bienes y capitales-, una persona al morir deja en claro los afectos que tuvo en vida.

Es común que muchos hijos vivan en la creencia de que el amor de sus padres les pertenece a todos por igual, sin embargo, puede no corresponder a la realidad, pero para evitar problemas cada padre nunca habla de ello.

Es hasta después de la muerte de uno de ellos que los que sobreviven pueden enterarse de sus consentidos a través de las distinciones en el testamento.

Al favorecer a algún familiar en la herencia, se descubre quién o quiénes eran los favoritos; el resto de los hijos, que se creían igualmente amados, se sienten entonces decepcionados y traicionados, piensan que fueron tratados injustamente y pueden llenarse de coraje, no solamente hacia el benefactor que los defraudó, sino también hacia sus parientes beneficiados, como si ellos le hubiesen expropiado de su herencia, al menos, de la que él pensaba que le correspondía.

Rivalidad familiar

La mayoría de las...

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