Dile adiós

AutorAndrea Menchaca

La ausencia de una mascota, para quienes la consideran parte de su familia, es causa de un profundo dolor.

Quien no tiene mascota puede pensar que la muerte del perro o el gato es intrascendente porque es un animal, pero para quienes sí tienen "Fido" o "Bigotes" es su compañía y un integrante más de la casa, con el que han convivido durante años.

En internet, incluso, hay foros de discusión en donde la gente comparte sus sentimientos después de haber perdido a su compañero peludo.

Cuando Cooper II, un basset hound, falleció a causa de cáncer fue un momento sumamente doloroso para toda la familia con la que vivió 11 años.

"Sobre todo para mis papás porque ellos están más tiempo en la casa", expresa Patricia González, "incluso mi mamá no quería otro perro porque esto fue muy doloroso para ella".

Alicia Hinojosa, directora del Centro de Tanatología del Instituto de Psicoterapia, dice que para mucha gente la mascota es otro miembro de la familia, y cuando ésta muere se siguen los pasos del duelo, tal como sucede cuando se pierde a un ser querido.

Estas etapas son las siguientes: negación y aislamiento, ira, negociación, profunda tristeza o depresión y, por último, aceptación.

Adriana Martínez, presidenta de Fundación Luca, explica que al final deben quedar en la memoria los recuerdos gratificantes y felices que compartimos con nuestro animal.

"Permitiendo que prevalezca la paz y los bellos recuerdos por haber compartido nuestra vida con este ser que, aunque ya no está físicamente, sí está en nuestro corazón".

Hinojosa considera que algunos dueños viven un duelo anticipado, esto sucede desde el momento en que se sabe que el animal está enfermo o que habrá que sacrificarlo.

La veterinaria Diana González comenta que hay a quienes les cuesta más que otros este proceso.

"Hay personas muy conscientes que dicen: 'No me siento mal conmigo mismo porque todo lo que se podía hacer lo llevé a cabo, pero el perrito o el gatito ya no pueden más", explica.

"Pero hay a quienes les cuesta el sentimiento, los años de convivencia, aunque saben que es necesario".

Y es que regularmente se ofrece como opción el sacrificio del animal cuando ya es viejo y ha tenido diferentes tratamientos para mejorar su salud, pero ya no hay resultados positivos.

"Por ejemplo, hay perritos que tienen cáncer muy avanzado; ahí sí es óptimo sugerir la eutanasia", ejemplifica González.

"Hay perros que traen problemas de huesos y cuando son muy grandes necesitan muchos cuidados de las...

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