Diálogos: Conversaciones con Fernando Savater

¿Cómo se pueden combinar los valores de solidaridad, compasión y simpatía en una realidad social que está demasiado fincada sobre cuestiones económicas? (...)

Muchas de las cosas exclusivamente útiles no son tan útiles como suponemos. Por ejemplo, la cooperación o la capacidad de expresión, que son cosas que pudieran parecer al principio como excesivamente creativas y artísticas, frente a un mundo de realidades duras adquieren nuevas connotaciones. El tipo de trabajo que va a realizar una persona en su vida (un trabajo que normalmente no es como era antes, cuando pertenecías a un gremio y uno estaba toda la vida haciendo el mismo trabajo) le obliga a ser más versátil. Y cuanta más capacidad tenga de modificarse, de pasar de un trabajo a otro, más posibilidades va a tener de desarrollo personal. Así, si no tiene aquella dimensión de cooperación, si carece de capacidad de expresión y de empatía con los que le rodean, probablemente sus disposiciones para obtener un trabajo sean mucho menores.

Por otra parte, no todos hemos nacido para mayordomos o siervos, y la mentalidad del señor que cree que lo importante es saber cómo me puedo preparar para triunfar laboralmente, en el fondo es la mentalidad de un criado, aun cuando lo que haya deseado sea llegar a director de la General Motors. Los seres humanos no tienen por qué prepararse únicamente para el servicio que van a prestar a otros; deben prepararse también en aquello que sirva para alcanzar los fines útiles para sí mismos, a organizar su propia vida y desarrollar los aspectos creados desde su propia experiencia. Incluso y desde el punto de vista práctico, es dudoso que esas cosas tengan, en efecto, un verdadero rendimiento.

Hay un libro muy interesante de Bruno Betelheim que se llama Sobrevivir (Betelheim fue un psicoanalista especializado sobre todo en trabajo con niños y, además, fue uno de los primeros que estuvieron encerrados en un campo de concentración, del que fue liberado. Todavía a comienzos de la represión nazi, inventó el término holocausto, que luego tuvo tanta fama). Betelheim escribió ese libro para explicar su experiencia en el campo de concentración y nos dice que las personas, en cuanto llegaban a dicho campo, se sentían (aun con cierta lógica) dispensadas de todas sus pautas morales anteriores.

Dice Betelheim que en esa situación terrible lo único que contaba era sobrevivir: uno se olvida de todas las exigencias de solidaridad, sinceridad, respeto hacia el otro, pues lo que...

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