Empresa/ Día D

AutorAlberto Barranco Chavarría

El problema era la salida.

Iniciada la desbandada al inicio de la respuesta al mensaje del Ejecutivo en cuyo marco anunciaría la expropiación de la Banca, el presidente de la Concamin, Alfonso Pandal, optaría por no dejar morir solo al presidente de la Asociación de Banqueros de México, Carlos Abedrop Dávila, el blanco más codiciado por los periodistas.

Y decidió cubrirlo con su cuerpo. -Tú agárrate de mi espalda. Vete atrás de mí.

"Pero era tal la aglomeración -narra Enrique Contreras Montiel en el libro de memorias de Pandal 'El México que he vivido'-, que al pisar un escalón, Abedrop cayó de un lado y al reconocerlo los periodistas se le abalanzaron y ahí, en esas circunstancias, dio unos comentarios excelentes que tocaban todo lo que acababa de pasar".

Total que media hora después había alrededor de 20 dirigentes empresariales alrededor de una gran mesa, en la que caía una catarata de rumores: que los iban a apresar, que el ejército había tomado todas las sucursales de los Bancos, que los agentes rodeaban el hotel, que en Monterrey se estaban planeando paros generales y regionales de empresas, que en Guadalajara se proponían huelgas de pago de impuestos...

"Ahí afloraron todas las ideologías empresariales, todas, desde la ultraderecha, hasta las de ultraizquierda que también hay en el sector. No privaba la sensatez. Estábamos todos de cabeza. Fue un temor espantoso. Se proponían cosas y cosas... sin llegar a nada. Se recriminaban unos a otros y, finalmente, nos fuimos a comer. Salimos de ahí por un túnel en la cocina, y de ahí a la calle. Quedamos de vernos con calma, al día siguiente en la noche".

El caso es que el 2 de septiembre de 1982 le esperaban a Pandal en sus oficinas de la Concamin la totalidad de los ex presidentes del organismo, con una consigna en la mesa: intentar el diálogo con el Presidente de la República.

-¡Tienes que ir! Es tu obligación, habla ahorita a Los Pinos -le insistieron, argumentando que el Gobierno había preparado medidas adicionales en respuesta a posibles reacciones de la iniciativa privada. Se sabía que se tenía preparada la posible intervención o estatización de otras Cámaras, tales como las de radio y televisión, transporte, todas las de productos básicos, laboratorios medicinales...

"Sentí -recuerda el ex dirigente en el volumen que presentarán la semana próxima el gurú de la causa empresarial Juan Sánchez Navarro y el escritor Francisco Martín Moreno- que no tenía otra. Pensé en las cosas que me iban...

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