Desplaza violencia a población

AutorJésica Zermeño

MÉXICO.- El caso más conocido y medido es Ciudad Juárez y el Valle que la rodea, pero el problema puede rastrearse en por lo menos ocho entidades más. En un corredor de municipios que comienza en Monterrey y prácticamente toda la frontera oriente de Nuevo León. En el centro de Tamaulipas y su llamada "frontera chica". En algunas alcaldías de la sierra tarahumara. En zonas de la tierra caliente que comparten Michoacán y Guerrero y en enclaves en Durango, Sonora y San Luis Potosí. En estos lugares la población ha optado por migrar para huir de la violencia y de las amenazas del crimen organizado.

No hay cifras oficiales, pero el desplazamiento forzado de personas a causa de la violencia es un fenómeno creciente en el País. Por lo menos 230 mil este sexenio, según el informe 2010 del Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC por sus siglas en inglés), centro que monitorea el fenómeno a nivel global y que depende del Consejo Noruego de Refugiados. De éstos, 120 mil migraron el año pasado, de acuerdo con el organismo.

Hoy, el desplazamiento forzado por la presencia de la delincuencia organizada y la violencia amenaza con salpicar más territorios. El mecanismo de abandono tiene dos vertientes. En algunas zonas, donde los enfrentamientos a fuego son lo cotidiano, la migración ha sido masiva y ha respondido a amenazas directas del crimen organizado. Habitantes de poblados, casi siempre rurales, son obligados a abandonar su hogar lo más pronto posible. Estorban para el negocio y la operación del crimen.

En otros casos, el desplazamiento ha sido a cuentagotas, tras decisiones familiares tomadas sigilosamente. Así, familias completas han desaparecido de un día para otro para que nadie pueda seguirles los pasos. La suma de estas decisiones, con el paso del tiempo, ha dejado pueblos enteros sin actividad comercial, agrícola y ganadera sustantiva ante las extorsiones y los secuestros.

El resultado en ambos casos es el mismo: pueblos y ciudades sin vida, muertos, para que sus antiguos pobladores no compartan esa suerte.

La mayoría de los migrantes se ha trasladado a otra parte del territorio nacional. Otros, los que han podido, se han refugiado en Estados Unidos.

EL NORTE logró identificar por lo menos 70 municipios en todo el territorio nacional en los que se han registrado desplazamientos forzados, tomando como base los datos demográficos proporcionados por el INEGI, testimonios, opiniones de autoridades locales, activistas de derechos humanos y especialistas.

Estos municipios están concentrados en Chihuahua, Guerrero, Durango, Michoacán, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas.

Chihuahua

El Valle de Juárez, que rodea a la ciudad más violenta del mundo, cuenta con municipios donde la migración masiva es evidente, en las calles y en las cifras.

Según los datos del INEGI, Práxedis G. Guerrero, el municipio que se hizo célebre por tener de jefa de seguridad pública a Marisol Valles, una estudiante de criminología de 20 años, ha perdido 3 mil 715 habitantes. Muchos, como Marisol, se fueron a Estados Unidos.

Otro municipio azotado por el desplazamiento forzado es Guadalupe: hoy tiene 2 mil 690 habitantes menos que en 2005.

Rodolfo Rubio, investigador de El Colegio de la Frontera Norte, asegura que la mayoría de los desplazados en el Valle de Juárez, donde se encuentran ambos municipios, se han trasladado a Ciudad Juárez, que también enfrenta un problema de desplazamiento forzado mayúsculo. Por eso en las cifras oficiales la población de esa ciudad no se ha reducido.

"El tipo de población que se ha movido es básicamente rural, con pocos recursos, como puede. También hay desplazamientos en las zonas serranas, pero ésos, como están lejos, son menos visibles"...

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