Deliciosa ofrenda

AutorSalomón García

Una ofrenda para los difuntos, pero un gozo para los vivos, es el pan de muerto, delicia culinaria infaltable en los altares y mesas de los hogares mexicanos.

Este pan de origen mexicano inunda las panaderías y tiendas de autoservicio desde finales de agosto, pero es en estas fechas cuando se antoja degustarlo, ya sea en su versión tradicional o "aventurada", aquellos que tienen relleno y sabor extra en la masa.

Ricardo Muñoz Zurita, chef e investigador gastronómico, precisa en el Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana que, en términos generales, las masas del pan de muerto que se elaboran en el centro del País contienen harina, sal, azúcar, levadura, agua, mantequilla, huevo y, en ocasiones, semillas de anís o ralladura de naranja.

"Con frecuencia la superficie se espolvorea con azúcar o ajonjolí", detalla el texto. "Se vende uno o dos días antes y después del primero de noviembre en todas las panaderías. Es costumbre que la gente lo compre, aunque no celebre el día".

Esta...

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