Desde la Sinagoga/ Dar un valor a la confianza

AutorRabino Moisés Kaiman

Es mi costumbre cuando alguna persona me da un donativo para una obra de caridad, o cuando alguien que llega a la ciudad me pide le guarde algún dinero, le pido a esta persona que cuente el dinero frente a mí y que me firme en el sobre donde lo guardo que está de acuerdo con la cantidad.

Muchas personas no me entienden y me dicen que me tienen mucha confianza y no necesitan firmarme nada.

Hay una historia de un ranchero muy pobre que tenía un caballo viejo y una carreta, juntaba papeles y los vendía para subsistir.

Un día se murió el caballo y ya no tenía forma de salir a trabajar.

Mucha era la miseria que se vivía en su hogar, el pobre hombre sufría mucho viendo el hambre y las penurias que tenían que pasar sus hijos y su esposa.

Desesperado y no sabiendo qué hacer habló con su esposa y le dijo que había decidido escribir una carta a Dios y pedirle ayuda porque ya no soportaba vivir en la miseria.

Buscó una hoja y escribió su carta pidiéndole a Dios le enviara 50 rublos para comprar otro caballo y tratar de sacar a su familia de la miseria.

Fue al pueblo y pidió ayuda para comprar un sobre y un timbre.

Con la carta lista fue al correo y pidió mandar su carta.

Cuando el jefe de la oficina de correo vio la carta no sabía qué hacer con ella, en ese momento entró el Rabino y...

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